En el mes de febrero, en el que la Iglesia celebra la Jornada de la Vida Consagrada, ‘Donne Chiesa Mondo’ aborda el tema de las nuevas comunidades religiosas femeninas y lo que impulsa a una mujer a fundar hoy una congregación, un monasterio o una familia eclesial. Un estado de vida que el lenguaje común define con un genérico “monjas” o “religiosas”, signo de una autonomía femenina que incluye muchas expresiones como la vida activa, institutos seculares, contemplativas, eremitas, vírgenes consagradas en el mundo… que profesan los mandatos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, en público o en privado.
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La Vida Consagrada se renueva continuamente. Especialmente en Occidente, junto a las formas tradicionales, nacen nuevas comunidades que miran a la Iglesia primitiva “dejando de lado las distinciones y estructuras jurídicas que antes constituían uno de los pilares de la Vida Consagrada. La característica principal es que son mixtas, un único instituto donde hombres y mujeres viven y rezan juntos y no dos comunidades separadas”, explica el padre Giancarlo Rocca, paulino y uno de los mayores expertos en el mundo de los religiosos.
Historias vocacionales
Las historias vocacionales hablan no solo de fe sino de una opción de vida global: la respuesta a la llamada incorpora también el deseo de llevar ayuda a quienes se encuentran en dificultades debido a la pobreza, las vicisitudes personales y políticas, persecuciones y enfermedades. Cuando sor Paisie ya era misionera de la Caridad de la Madre Teresa asegura que “el Señor me pidió que lo guiara hacia los niños de la calle de Haití”. Entonces fundó la familia Kizito en Cité Soleil, el barrio pobre de Puerto Príncipe.
Dentro de los monasterios y conventos, la contemplación y la escucha nunca se han considerado ociosidad. El ‘ora et labora’ y la elección de la reclusión se reivindica como un acto de libertad. Sor Mirella Soro escribe: “No entramos en el monasterio simplemente para rezar… La comunión de vida es para nosotras una verdadera forma de objeción de conciencia contra las guerras y divisiones que hieren la historia: tratamos de vivir entre nosotros lo que soñamos para el mundo”. Luego, las limitaciones de movimiento se compensan con teléfonos y redes sociales que abren ventanas al mundo.
‘Donne Chiesa Mondo’ cuenta también la historia de una fundadora espiritual canonizada el 11 de febrero. Es la laica consagrada Mama Antula, que en el siglo XVIII contribuyó a cambiar la política de su país hasta el punto de ser considerada madre de la Patria. Es la primera santa de Argentina.