El abuso ha transformado, en la percepción común, lo que era la más delicada de las manifestaciones del amor: la caricia –la materna, la consoladora, la que despide a los moribundos– en una expresión en sí misma sospechosa y virtualmente obscena. Creando no solo violencia y dolor, sino también escándalo. En este número analizaremos algunos momentos de esta transformación del sentimiento, de esta pérdida de inocencia de las más delicadas de las expresiones afectivas, con la intención, no solo de dar voz a los débiles, a las víctimas, sino también de curar la herida infligida en nuestro modo de sentir, percibir y actuar.
Los hombres también pueden hacerlo, por supuesto, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Pero las mujeres pueden hacerlo mejor, porque tienen que entender una doble mirada, una interna y otra externa: la de las que nunca han tenido voz o reconocimiento y la de las que, habiendo conquistado a un precio muy alto la voz, son capaces de mirar, ver y comprender la mirada de los que no la tienen.
Por esta razón, en el número que trata del tema del tacto, además de repasar los numerosos episodios evangélicos relacionados con este y profundizar desde el punto de vista psicoanalítico el papel del tacto en nuestra experiencia, hemos querido reflexionar sobre el tema del abuso, es decir, el uso perverso del tacto. Recordamos las palabras de papa Francisco durante la preparación de la reunión sobre los abusos recientemente cuando agradeció a “los periodistas que fueron honestos y objetivos al descubrir a los sacerdotes depredadores e hicieron oír las voces de las víctimas”. Como redacción de una publicación que se ocupa de las mujeres, especialmente en su relación con la Iglesia y con el mundo, no podemos dejar de apreciar la voz del Sumo Pontífice en apoyo de las víctimas y aceptar sus sugerencias en la medida de lo posible.
Este número dedicado al tacto es el tercero de una serie dedicada a los cinco sentidos y a las distintas formas en que se perciben en las distintas religiones. De esta manera, hemos querido profundizar en la experiencia del tacto en el islam, analizando una serie de cultos ligados a las huellas dejadas en la piedra por el pie de Mahoma.