“Esperemos que sea mujer. Esperemos que la nueva economía, –la que está llamada a reemplazar a la actual, fracasada e injusta–, entienda, valore y sea liderada por mujeres. Son muchos los que lo desean porque, para muchos, los nuevos liderazgos femeninos pueden cambiar las cosas. Pueden alumbrar “una economía diferente, más inclusiva y humana”, como explica sor Alessandra Smerilli en el artículo principal de esta revista. No es solo un deseo. El planeta necesita cambiar las reglas y los fines que hasta ahora han regido su economía. La pandemia y sus consecuencias son la más reciente prueba de ello.
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El cambio podrá tener lugar si se aplican nuevos principios, nuevos procedimientos y nuevos sujetos. Hoy las mujeres, que han estado apartadas de los mecanismos de poder y de beneficios y de la regulación de la economía mundial, por esa misma circunstancia, son capaces de invertir una enorme riqueza de experiencia, cultura, relaciones, afectos, sentimientos y deseos, –hasta ahora considerados externos al mundo económico, incluso opuestos–, que cambiarían la suerte de muchos, de la mayoría del planeta, haciendo que dejaran atrás la miseria, la discriminación o la injusticia.
La “misión economía”, en palabras de una de las principales expertas en economía de la innovación, Mariana Mazzucato, no es imposible. Muchas ya la están poniendo en práctica. En este número recogemos las experiencias de empresarias, directivas y académicas.
Apostar en femenino
Sobre todo, comienza a abrirse paso una concepción diferente que, al poner a la persona en primer plano, al redefinir el papel del mercado y al dar valor a los bienes comunes, reescribe las reglas de la economía. El cuidado y la innovación pueden convivir, así como el Estado y el Mercado pueden hacerlo en un equilibrio nuevo. Tampoco son impensables una producción y distribución más justas de la riqueza. Solo es necesario cambiar el punto de vista.
Se puede apostar por el femenino, en una reciprocidad real de miradas y perspectivas, que dé lugar a un nuevo liderazgo y a unas fórmulas nuevas. No es fácil, pero las economistas y directivas lo intentan. Este mes el Papa nos invita a rezar “para que los responsables del mundo financiero colaboren con los gobiernos a fin de regular los mercados financieros para proteger a los ciudadanos de en peligro”.