Ser católica hoy en día significa vivir la fe en el presente, en un mundo que cambia y con roles que también cambian. Es estar en la Iglesia, observarla y quererla cambiar, orientarla en femenino y contar más. No detenerse en la Tradición, sino aceptar sus enseñanzas y seguir adelante. En este número contamos las historias de mujeres que han emprendido este camino.
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Elegirlas no ha sido fácil porque son muchas las mujeres que, dando testimonio de su fe, inspiran cambios sociales y culturales. Suponen ejemplos de nuevas formas de ser y vivir en la Iglesia. Como Elisabeth Schüssler Fiorenza, pionera de la teología feminista, la estudiosa que ha revelado la no neutralidad. O como Emilce Cuda, la primera mujer jefa de oficina de la Pontificia Comisión para América Latina, una teóloga que cree en una moral social que parte del pueblo.
O como Teresa Forcades es la religiosa benedictina que explora con audacia nuevos territorios de la ética y del saber y que nos invita a conocer y reconocer la “historia femenina” de la Iglesia. Fuimos a visitarla a su monasterio, en Montserrat.
El terreno por el que caminan las católicas no siempre es firme. Ser joven en la Iglesia puede ser desafiante, como explica Koketzo Mary Zomba, representante de África en el Sínodo de los jóvenes. Tampoco es fácil ejercer el liderazgo femenino, como asegura Zuzanna Flisowska-Caridi, directora de la oficina de Roma de Voices of Faith.
Pero las católicas no se detienen y con valentía interpelan a la Iglesia. María Lía Zervino, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas, pide a Francisco un paso más. “Como mujer siento que no se ha avanzado lo suficiente para aprovechar la riqueza de las mujeres que forman gran parte del pueblo de Dios”, escribe.
La Coordinadora de Teólogas Italianas forma parte de esta riqueza. La presidenta Lucia Vantini escribe sobre el papel y las tareas del feminismo en la Iglesia; sobre el esfuerzo por construir una Teología que acoja y valore las diferencias, que salga a discutir los estereotipos; y sobre las resistencias patriarcales que corren el riesgo de tergiversar el mensaje cristiano.
Cerramos este número con Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, la primera mujer en quinientos años en ocupar este puesto. Mientras la seguimos en un recorrido por obras de temática femenina, nos muestra cómo el arte puede convertirse en palabra evangélica. (DCM)