La teóloga Cettina Militello escribe en el ensayo que abre este número que “la profecía de la mujer está imbuida del presente, de una mirada crítica al presente, y, precisamente por eso, se abre al futuro”. Esto es lo que distingue a las mujeres de las que hablamos en este número. No son videntes, no predican un futuro lejano. Su profecía es una apuesta por la libertad, por la inteligencia de los hechos y por la capacidad de ver.
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Así, con la mente alerta ante lo que sucede, hablan y trabajan para que el mundo no se pierda y se haga más justo y solidario. Superan barreras de género, geográficas, culturales y religiosas y se comprometen con la justicia, la paz y el cuidado de la Creación. Son mujeres que inician procesos de cambio si perciben que todo se detiene peligrosamente y llevan adelante propuestas de renovación realizables. Aunque a veces parezca que persiguen una utopía, en realidad, ponen lo esencial en el centro. Son rebeldes, sí, pero prácticas.
Hablamos de la historia de Maria Domenica Mazzarello, la fundadora de las Hijas de María Auxiliadora. Afectada por el tifus, se vio obligada a cambiar su vida porque no contaba con las fuerzas físicas para trabajar en el campo. Por eso, se hizo costurera, abrió un taller y comenzó a trabajar en lo que después se conocería como las salesianas. Eran diez al principio.
Hoy su familia religiosa es casi una multinacional por número y presencia en el mundo. En total, 11.000 mujeres repartidas en los cinco continentes. Las profetisas de los tiempos que vivimos usan a menudo la palabra contra los falsos profetas, los nostálgicos de un mundo que estaba afectado por lo que el Papa Francisco llama atraso.
Voces de todo el mundo
Recogemos también la voz profética de Mariangela Gualtieri, una poetisa italiana que recita sus versos en el teatro. Así como la de Oodgeroo Noonuccal, primera poeta, activista, artista y educadora aborigen australiana. También contamos a Dorothee Sollë, teóloga protestante alemana, su concepción de Dios y del hombre y su atención por los movimientos pacifistas, feministas y ecologistas.
Y recordamos a las tres pioneras estadounidenses de los derechos de la mujer: Susan B. Anthony, Sojourner Truth y Elizabeth Cady Stanton. La primera estatua en Central Park de Nueva York dedicada a mujeres que existieron está dedicada a ellas. Un monumento a la astucia y el valor.
