El Papa ha confirmado que la reflexión pastoral hecha por los obispos argentinos sobre Amoris laetitia es “magisterio auténtico”.
Así se recoge con la firma del secretario de Estado, Pietro Parolin en la ‘Actae Apostolicae Sedis’, el libro de actas vaticano que de esta manera respalda el contenido de las cartas intercambiadas entre Francisco y los prelados bonaerenses a lo largo de 2016, en las que se ofrecen pautas para ayudar a los sacerdotes en su labor pastoral a la hora de llevar a lo cotidiano la exhortación apostólica sobre la familia.
Mientras, hay quien sigue cuestionando a viva voz Amoris laetitia o quienes se oponen a ella negando los medios para que empape la vida de las parroquias, movimientos y centros eclesiales. Lo cierto es que, amén de estas resistencias, las pautas de trabajo elaboradas en Argentina se revelan como una guía para aterrizar el abrazo de la Iglesia a todas las realidades familiares, incluido el acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casa.
Donde no llega a explicitarse una nota al pie, lo hacen unas propuestas que sí o sí tiene que tener como ejes transversales el acompañamiento y el discernimiento. Y en este campo, no caben recetas.