El Obispado de Barbastro-Monzón ha presentado una demanda para reclamar por la vía civil la devolución de los 111 bienes de las parroquias de la diócesis que se encuentran retenidos en el Museo Diocesano y Comarcal de Lérida. La denuncia va dirigida contra el Consorcio del Museo de Lérida, de la que forma parte el Obispado de Lérida, en tanto que tiene bajo su custodia las obras de arte.
No es plato de buen gusto que los intereses partidistas de unos y otros, propios de una clase política que no está a la altura de la cultura que dicen defender, acaben empujando a la Iglesia a recurrir a los tribunales, iniciando de esta manera un litigio entre diócesis que no solo son vecinas, sino que se sienten hermanas. A la espera de la resolución judicial como única vía posible ante la cerrazón de las autoridades civiles a una mediación, solo cabe esperar que los obispos de Barbastro y Lérida se las ingeniarán para hacer visible algún signo de comunión y fraternidad ejemplar que rompa con la actual de espiral de enfrentamientos satélites en torno al procés catalán que empapa la vida política, social y, en ocasiones, eclesial.