Cáritas no quiere dejarse atrapar por el asistencialismo y da un salto hacia la integración de aquellos que viven en riesgo de exclusión social. Sin dejar de atender las emergencias de primera necesidad, su apuesta por dignificar al otro a través de una apuesta real por la formación, el empleo, el acceso a una vivienda y otros tantos programas,convierten a la ONG de la Iglesia en un referente y modelo para la Administración Pública.
Dentro de esta capacidad de emprendimiento, afronta ahora un nuevo desafío: transformar los roperos que pueblan las parroquias en Moda re-, una red de 80 tiendas solidarias a través del reciclaje de ropa usada, que contribuye, además al cuidado de la casa común.
Ya son 29 Cáritas diocesanas las que se han sumado a la iniciativa, que ha creado 750 empleos sociales. Una vez más, la entidad demuestra que es posible explorar nuevas presencias eclesiales en medio del mundo de hoy cuando se aúnan la creatividad evangélica, la promoción de los últimos y la sostenibilidad. La vocación de servicio, profesionalidad y pasión se convierten así en valores clave que no estaría de más aplicar a otros ámbitos eclesiales, más allá de estas tiendas de la dignidad.