El primer grupo de obispos españoles ha culminado su visita ‘ad limina apostolorum’. Todos regresan ciertamente reconfortados de su encuentro con el Papa y con pistas clarificadoras para llevar a cabo su pastoreo tras las reuniones en los diferentes dicasterios vaticanos.
- OFERTA: Conviértete en un rey mago regalando Vida Nueva: la suscripción a un precio récord
- PODCAST: Jesús nace entre las cenizas de La Palma
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
En su cita con el secretario de Estado, Pietro Parolin, no dudaron en manifestar su legítima y justificada preocupación ante algunas de las iniciativas legislativas promovidas por el Gobierno de coalición, como la ley de eutanasia o la reforma educativa, amén de sus proclamas laicistas y el marcaje a la Iglesia en materia de fiscalidad e inmatriculación de los bienes.
La vía diplomática
En este contexto complejo y polarizado, la Iglesia corre el peligro de convertirse en un actor político más si entra en una confrontación directa, dejándose contagiar por el juego dialéctico ideologizado y electoralista. Precisamente el propio cardenal Parolin animó a los obispos a no cejar en el intento de promover el diálogo y no añadir más leña al fuego del enfrentamiento. La vía diplomática del premier vaticano no implica dejar de ser voz de anuncio y denuncia profética, pero sí reforzarla con el estilo afectivo y efectivo que da la cultura del encuentro.