Mientras el Gobierno continúa sin aclarar si fallecieron migrantes en el lado español tras la avalancha que tuvo lugar en la valla de Melilla el pasado el 24 de junio, el Servicio Jesuita a Migrantes denuncia, en paralelo, que este episodio es solo el reflejo del constante “olvido del Derecho y los derechos humanos” en la llamada frontera sur de Europa.
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Prueba de todo ello es que no se están tramitando las solicitudes de protección internacional, siguen adelante las devoluciones sumarias, persiste la violencia policial y se mantienen activas las concertinas en el lado marroquí.
Sin rédito electoral
Frente a este muro, la entidad eclesial plantea los corredores humanitarios como una alternativa factible de acceso seguro para los refugiados que, en este caso, proceden del continente africano. Lamentablemente, el Ejecutivo de coalición, que arrancó la presente legislatura como abanderado de una política de acogida aceptando el desembarco del Aquarius en junio de 2018, hoy ha frenado en seco su agenda migratoria. Y es que, una vez más, abrir las puertas al que viene de fuera, no solo no tiene rédito electoral, sino que, además, resta votos en medio de una marejada de proclamas populistas.