En estos días, la atención mediática ha vuelto a poner la mirada sobre las llamadas terapias de conversión de la homosexualidad, alertando de una posible presencia en los colegios diocesanos de Valencia. Desde el Arzobispado han negado de forma tajante que la formación afectivo-sexual que se imparte en los centros incluya este tipo de prácticas. Este hecho tiene como precedente las denuncias este verano de varias víctimas que vinculaban a uno de los responsables del Centro de Orientación Familiar Mater Misericordiae con estas prácticas.
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Recientemente, el papa Francisco expresó a un grupo de obispos españoles su no rotundo a estas iniciativas, sumándose así a la prohibición expresa que la Santa Sede manifestó al Episcopado en 2021.
Tratamientos que son delitos
Sin embargo, ‘Vida Nueva’ ha podido constatar que estos ‘tratamientos’ se siguen impulsando y promoviendo desde distintos puntos de la geografía española. Eso sí, con una estrategia más sofisticada en la captación y ejecución, conscientes de que ahora son considerados delitos. Pero ni las posibles multas ni el rechazo de Roma parecen amedrentar a sus promotores, que continúan teniendo respaldo en algunos foros eclesiales.