La Semana para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa, cumple cinco décadas de servicio en aras de la reflexión y la animación de quienes dediden entregar su vida por completo al servicio del Evangelio.
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Un peligro real
Lejos de convertirse en una celebración para darse palmaditas en la espalda, las bodas de oro de esta iniciativa –promovida de manera profética por el cardenal claretiano Aquilino Bocos– se han convertido, una vez más, en un foro para incomodar a los consagrados. A ello han contribuido tanto el papa Francisco, que se sumó a través de un videomensaje, como el cardenal João Braz de Aviz, ‘ministro’ vaticano para los religiosos, que participó en un coloquio virtual.
Ambos coincidieron en alertar a la vida religiosa del peligro real y creciente de que la ideología, tanto de izquierdas como de derechas, se cuele por sacristías y conventos, pervirtiendo la formación, la vida en comunidad o el carisma fundacional. Para no caer en la polarización y la mundanidad, la fórmula no es otra que volver a Jesús, al Maestro, que siempre está las periferias, y estar a la escucha del Espíritu, que siempre incomoda, pero que es garantía de estar en salida, en fecundidad.