El Arzobispado de Barcelona va a emprender acciones legales contra la Generalitat por vulnerar la libertad de culto al prohibir el funeral por las víctimas del coronavirus en la basílica de la Sagrada Familia, al tiempo que ‘presionaba’ a la Iglesia para abrir y llenar el templo de turistas durante el mismo fin de semana. A su vez, el Gobierno catalán ha anunciado un expediente sancionador contra la archidiócesis por celebrar finalmente la misa.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
- Toda la actualidad de la Iglesia sobre el coronavirus, al detalle
Se trata del primer enfrentamiento de este tipo en plena pandemia, que habla del diálogo existente hasta la fecha entre el Episcopado y las autoridades públicas en aras de velar por la salud pública. De ahí que no sea complicado sospechar que, detrás de la decisión del Ejecutivo independentista, más que una preocupación sanitaria, haya una campaña mediática con tintes electoralistas para castigar a unos obispos que, según él, nunca han defendido su causa.
Veto al funeral
Curiosamente, el veto al funeral llega días después de airear supuestas irregularidades en las inmatriculaciones, y lo hace acompañado de un ataque directo al cardenal Juan José Omella por parte del presidente Quim Torra, presumiendo de católico a costa de los pobres.
