Mientras la mirada de todos y de todo se concentra en la crisis ucraniana, por las consecuencias internacionales que está trayendo consigo, lamentablemente hay otros tantos conflictos enquistados en otros puntos del planeta. Sin restar un ápice de relevancia a la devastación generada por la invasión rusa, la actualidad también invita a no olvidar esas otras heridas abiertas que supuran sin altavoces.
- PODCAST: Ucrania, un pueblo crucificado y en éxodo
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Por un lado, la nueva agenda internacional de Francisco habla de dos destinos donde soñar con una paz auténtica continúa siendo una quimera: República Democrática del Congo y Sudán del Sur.
Melilla
Por otro, el asalto a la valla de Melilla, por parte de más de un millar de migrantes subsaharianos recuerda la huida desesperada de tantos africanos por la guerra, el hambre y la ausencia de oportunidades, al tiempo que pone de manifiesto, una vez más, las cuestionables medidas para frenar su deseo de entrar en Europa.
Sin caer en demagogias sobre guerras o refugiados de primera o de segunda cuando es la misma barbarie, de lo que no cabe duda es de la urgencia de una profunda reflexión sobre cómo las dinámicas de desigualdad están tan arraigadas como para caer en estas categorías.