El domingo 24 de enero se daba el pistoletazo de salida a la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, una iniciativa impulsada por el Consejo Episcopal Latinoamericano. Nace así un proyecto ambicioso de escucha y diálogo que tendrá su clímax en un encuentro en noviembre donde tendrán voz laicos, religiosos, seminaristas, diáconos, sacerdotes, obispos…
En paralelo, en estos días, la Conferencia Episcopal Española pone las bases para reformar el currículo de la asignatura de Religión a través de un proceso en el que se contará por primera vez con la voz de los profesores para construirlo.
Aportaciones
A la vista está que se trata de dos iniciativas de diferente cuño y calado, pero con lo esencial en común: la conciencia de que la sinodalidad debe colarse por todos los rincones de la Iglesia para que se haga realidad en lo cotidiano, lo mismo en los grandes proyectos pastorales que en un aula.
La corresponsabilidad no es una opción, es la vía ineludible para ser Pueblo de Dios sin exclusiones ni voces silenciadas, para peregrinar de la mano como una familia que busca hacer la voluntad del Padre en medio del mundo desde la riqueza en la diversidad que aportan cada uno de sus hijos.