Son los otros obispos españoles. Juntos podrían conformar el Episcopado de la Misión. En total, España cuenta con 104 prelados misioneros –73 en activo y 31 eméritos– frente a los 116 que hay en nuestras diócesis –82 en activo–. Hombres que dejaron todo para anunciar a Jesús y que más tarde fueron llamados a pastorear unas Iglesias jóvenes, con frescura e inexperiencia.
Con el Domund a la vuelta de la esquina, su testimonio se presenta como un espejo en el que la Iglesia española está invitada a mirarse, como aquella evangelizadora que ahora necesita ser evangelizada en una sociedad secularizada y envejecida. Ante este reflejo, cabría incluso preguntarse si se fortalecería el ardor evangelizador aquí si los de allá tomaran las riendas.
Lo cierto es que, en uno u otro lugar, la vocación de apóstol que asume todo obispo es la misma, si bien los pastores misioneros sugieren tareas apremiantes en todo lugar, como promover el diálogo social, la conciencia laical y el sentido ministerial de las comunidades.
En definitiva, hacer realidad esa conversión pastoral urgente para ser la Iglesia en permanente estado de misión que reclama el papa Francisco.
