En el marco del Congreso Latinoamericano de Prevención de Abusos promovido por el CEPROME, el papa Francisco ha desvelado que ha encargado a la Pontificia Comisión para la Protección de Menores “que supervise la aplicación adecuada de ‘Vos estis lux mundi’”, que determina que las víctimas tengan “vías claras y accesibles para buscar justicia” .
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Han pasado cuatro años desde que viera la luz este motu proprio que venía a materializar el principio de ‘tolerancia cero’ contra la pederestia y demás abusos de poder, conciencia y sexuales. Lamentablemente, si Francisco se ve obligado a activar esta auditoría es porque ha percibido que no se está aplicando con la diligencia que debiera dada la gravedad de la crisis que se está afrontando.
Él mismo apreciaba, en la carta enviada a este foro continental, la urgencia de que se “verifique la idoneidad de las políticas y prácticas en toda la Iglesia y que compile un informe que señale dónde aún se necesitan mejoras”. A buen seguro que se están haciendo los deberes en diócesis y congregaciones religiosas, pero no está de más revisar, por si acaso, si hay flecos pendientes, antes de que el ‘tirón de orejas’ llegue de Roma.