El 15 de octubre Francisco rubricó una exhortación apostólica sobre Teresa de Lisieux, con motivo de los 150 años de su nacimiento. C’est la confiance no solo repasa el legado de la carmelita francesa, sino que busca certificar la vigencia de la santa y doctora de la Iglesia más allá de las hagiografías edulcoradas que giran en torno a ella.
El documento magisterial llama a ahondar en esa profunda confianza en Dios que trasluce cada segundo de su vida contemplativa. No para encerrarse en “una idea pelagiana de santidad, individualista y elitista, más ascética que mística”, tal y como advierte el Papa. Esta joven monja, que falleció con 24 años, es para el Pontífice argentino reflejo del corazón de una Iglesia “amante, humilde y misericordiosa”, frente a una visión “triunfalista”.
“Doctora de la síntesis”
Por eso, no es de extrañar que el Papa la presente como “doctora de la síntesis”, para dejar caer que “no todo es igualmente central, porque hay un orden o jerarquía entre las verdades de la Iglesia”. Francisco recuerda que “el centro de la moral cristiana es la caridad”. Recado de santa Teresa del Niño Jesús para los olvidadizos.
