Editorial

Venezuela: la denuncia de la Iglesia no se exilia

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El exilio forzado a España del ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela, Edmundo González, pone de manifiesto la presión sin límites que está ejerciendo Nicolás Maduro con tal de mantenerse en el poder a toda costa.



La salida del líder de la oposición se suma a la huida desesperada de más de 7,7 millones de ciudadanos venezolanos, entre refugiados, migrantes y solicitantes de asilo. Hoy por hoy los desplazados de sus hogares fuera del país representan un tercio de la población, una cifra que desvela un drama humanitario sin precedentes.

Edmundo González Urrutia, político venezolano que se enfrentó a Nicolás Maduro en unas

La voz de la Iglesia

En medio de esta encrucijada, la Iglesia permenece como uno de los pocos actores capaces de alzar la voz en defensa de la democracia, con la diplomacia requerida en cada una de sus denuncias, sabedora de cómo se las gasta el régimen dictatorial. La medida ponderación para con el autócrata radica en un temor más que fundado que llevaría a liquidar toda presencia eclesial, al estilo de los desmanes nicaragüenses. Esta amenaza real dejaría completamente a la intemperie a unos venezolanos sumidos en la pobreza y necesitados de libertad, de fe y de pan.

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