“El camino de la santidad no es para los vagos”, recuerda Francisco a los monaguillos

  • El Papa se reunió en la Plaza de San Pedro con 70.000 acólitos a los que invitó a servir al prójimo
  • Es el primer acto del pontífice tras unas semanas más libres para el descanso y las vacaciones

“El camino de la santidad no es para los vagos”, recuerda Francisco a los monaguillos

Unos 70.000 monaguillos han llenado la tarde de ayer la Plaza de San Pedro en el Vaticano, lo han hecho dentro de la XII Peregrinación Internacional que organiza el Coetus Internationalis Ministrantium (CIM), un organismo internacional que reúne a los diversos grupos nacionales y diocesanos principalmente de las naciones del centro y el norte de Europa. El papa Francisco ha finalizado su días de agenda privada vacacional, sin audiencias, de este mes de julio para poder responder a algunas de sus preguntas y tener una oración con ellos.

Invitados a la santidad

En su intervención el pontífice invitó a los jóvenes “caminar hacia la santidad”, en el día de san Ignacio de Loyola. Siguiendo el lema del encuentro, el Papa les pidió que sean “constructores de Paz”, imitando “a los santos, que son el Evangelio viviente, porque han podido traducir el mensaje de Cristo en sus vidas”.

Siguiendo el ejemplo de san Pablo, Francisco señaló que “servir a la gloria de Dios en todo lo que hacemos es el criterio decisivo para nuestras acciones, la síntesis definitiva de lo que significa vivir la amistad con Jesús. Es la indicación que nos guía cuando no estamos seguros de qué es lo correcto. hacer; nos ayuda a reconocer la voz de Dios dentro de nosotros, que nos habla en la conciencia para que podamos discernir su voluntad”. La gloria de Dios “es la aguja de la brújula de nuestra conciencia”, apostilló Bergoglio

La meta de la santidad, “es una gran misión pero no imposible”, recalcó Francisco a la vez que invitó a seguir el ejemplo de los santos para poder llevar una vida coherente para “atestiguar en el día a día, el amor de Dios y la alegría de la fe para lograr la salvación de todos”. La coherencia, para el Papa, tiene un gran valor evangelizador: “Depende de nuestra coherencia que nuestros hermanos reconozcan a Jesucristo: el único salvador y la esperanza del mundo”.

Servicio a Dios y al prójimo

Dialogando con jóvenes de los diferentes grupos lingüísticos, el Papa animó a los monaguillos a “profundizar más en la vida de Jesús, a conocerlo de verdad y a seguir el programa que Él nos propone para caminar hacia la santidad”. Un camino que “no es fácil” dijo, sino que “es un esfuerzo” y que no es “para los vagos”, bromeó.

Destacando el servicio que prestan en las funciones litúrgicas estos ministros, les animó a practicar el amor hacia Dios y al prójimo. Para ello les pidió que conozcan las obras de misericordia para poder practicarlas. “¿Qué puedo hacer hoy para satisfacer las necesidades de mi prójimo?”, apeló Francisco a la plaza. Al ayudar al otro, “podéis llegar a ser verdaderamente santos, hombres y mujeres que transforman el mundo viviendo el amor de Cristo”, sentenció.

Estos ministros del altar estarán en la Ciudad Eterna hasta el próximo domingo, visitando la tumba de san Pedro o las catacumbas de san Calixto, lugar del martirio del joven Tarsicio, patrono del pequeño clero. A los jóvenes de entre 14 y 21 años de países como Alemania, Italia, Portugal, Suiza, Serbia, Ucrania, Francia, Bélgica, Croacia, Luxemburgo, Austria, Rumania, Eslovaquia, República Checa, Hungría y Polonia; se han unido en esta ocasión algunos representantes de Estados Unidos y el país caribeño de Antigua y Barbuda.

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