El secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, respalda la actual hoja de ruta para que Haití salga de la enésima crisis institucional y humanitaria en la que está sumida. Y lo hace con un clamor implícito a la comunidad internacional: “No se deben ahorrar esfuerzos en apoyar los pasos que tienen como objetivo conducir el país hacia la celebración de unas elecciones democráticas que le otorguen a las autoridades la legitimidad para poder emprender su proceso de reconstrucción”.
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Así lo manifestó el ‘primer ministro’ vaticano esta tarde en un coloquio digital ‘Una prioridad urgente para la región y agenda para su transición’ organizado por la Academia de Líderes Católicos Internacional y la Conferencia Latinoamericana de Religiosos, en colaboración con ‘Vida Nueva Digital’ que ha retransmitido el acontecimiento.
En el evento, han participado, entre otros, los ex presidentes de México, Chile y Costa Rica: Felipe Calderón, Eduardo Frei y Miguel Ángel Rodríguez. A ellos se sumaron, el vicepresidente del Episcopado haitiano y obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne, Pierre-André Dumas, además del nuncio apostólico en Estados Unidos y ex nuncio en Haití, cardenal Christophe Pierre, y del cardenal emérito de Madrid, Carlos Osoro.
El ‘premier’ vaticano recordó que “la crisis que azota Haití aflige a sus pobres gentes que están desesperadas por el colapso del sistema sanitario, la falta de alimentos y la violencia”. Tal y como expuso Parolin, este “grito silencioso” ha devenido en una situación “ha ido empeorando directamente con una escalada de violencia enmarcada en una crisis transversal a todos los niveles político económico, institucional y de seguridad donde parece imposible reestablecer la concordia y la estabilidad para un país sometido a la acción violenta de las bandas”. Lo cierto es que la actual tragedia humanitaria habla de más de un millón y medio de habitantes en riesgo de desnutrición aguda y ha generado un éxodo sin precedentes.
El terror de las bandas
Este foro digital se celebra cuando se vislumbra una posibilidad de que Haití no se suma aún más en pozo que parece no tener fondo gracias a la puesta en marcha del Consejo Presidencial de Transición, un organismo llamado a configurar un nuevo Gobierno que lleve al país a una convocatoria electoral que permita tener presidente en torno a febrero de 2026. El Consejo toma las riendas tras la dimisión de Ariel Henry, que da un paso atrás después de intentarse perpetuar en el poder y contribuir así a desencadenar la actual ola de violencia.
Precisamente en esta cumbre virtual también se escucharon las voces de dos miembros del actual Consejo presidencial para la Transición de Haití. Por un lado, el ex ministro de Educación, Lesly Voltaire, denunció el poder actual de “la guerrilla urbana y el terrorismo que se manifiesta en secuestros, violación de niños y mujeres, robos e incendios” y que cuentan con el respaldo de parte de la policía y de “élites económicas que se benefician de este terror”. Por otro, Regine Abraham, amén de todas las propuestas expuestas por los diferentes líderes, puso el énfasis en “recuperar la dignidad de los haitianos” y dar herramientas para la resiliencia del pueblo, como la ayuda internacional para garantizar la seguridad, programas integrales de apoyo social, económico y psicológico, la construcción de infraestructuras y viviendas, una economía sostenible, un plan de nutrición, apuntalar el sistema educativo y fortalecimiento del sistema de salud.
Comenzar de nuevo
Para el actual embajador vaticano en Estados Unidos, el cardenal Christophe Pierre, es el momento “de empezar de nuevo”. Conocedor de la realidad haitiana, puesto que estuvo destinado cuatro años como nuncio, subrayó la necesidad de que la comunidad internacional trabaje mano a mano con las comunidades locales. “Los haitianos tienen el valor y el coraje de empezar de nuevo”, ensalzó sobre el carácter de un pueblo hostigado. Con estas premisas, instó a los políticos del país más pobre de América Latina la lectura del capítulo de ‘Fratelli tutti’ dedicado a la mejor política: “Les considero a ustedes enviados por Dios para sacar adelante a su pueblo, para servirlo”.
El vicepresidente del Episcopado haitiano y obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne, Pierre-André Dumas, tuvo que intervenir desde la cama del hospital donde se recupera precisamente del atentado sufrido hace unas semanas. “Mi pueblo está sufriendo muchísimo: tantos niños han perdido su vida, tantas mujeres están sufriendo violencia…”, compartió el prelado, convencido de que se puede “suscitar una nueva esperanza”. “Tenemos que ayudar a construir una democracia fuerte en Haití y la violencia y la seguridad debe cesar”, proclamó Dumas, a la vez que reclamó la necesidad de “normalidad la vida del pueblo, porque la gente vive escondida en sus casas”.
Con este punto de partida, formuló cuatro puntos clave para salir de esta situación: un cambio de paradigma en las relaciones de Haití con los demás países, en especial con Estados Unido; garantizar la estabilidad de las instituciones; construir un motor económico; respetar las reglas del juego.
Trabajo heroico
Como asesor político para América Latina de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Christopher Lundquist, reiteró “la profunda solidaridad de la Iglesia de Estados Unidos con el pueblo de Haití”. En esta línea, apreció el “trabajo heroico” de los voluntarios que están entregando su vida para sacar adelante a Haití.
Para cerrar el encuentro, el presidente de la Academia de Líderes Católicos, Roco Buttiglione, respaldó la propuesta de que ‘Fratelli tutti’ se convierta en el eje para la reconstrucción de Haití. “La comunión cristiana se presenta como un referente para poder unir a este pueblo y devolver la dignidad a cada persona en la vida diaria”, concluyó. En esta misma línea, el director de la Academia, José Antonio Rosas, manifestó cómo “a pesar de la distancia, todos nos sentimos hermanados por Haití”.