JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Cuando se celebraron elecciones en la vecina Conferencia Episcopal Portuguesa, su presidente, el cardenal José Policarpo, hombre apreciado en la Iglesia lusa, volvió a ser elegido, pese a estar en vías de jubilación canónica y esperando la carta de Roma. Era el 5 de mayo de 2011.
El mismo día de su elección comentó a los periodistas que había decidido aceptar la elección siguiendo el ejemplo de España, en donde el cardenal arzobispo de Madrid había vuelto a ser reelegido –pese a su edad– el 1 de marzo de ese mismo año, con lo cual se aseguraba que el Papa lo dejara al frente de la diócesis hasta marzo de 2014. A eso se llama forzar la máquina.