Estas son las tres vías prioritarias de los obispos españoles para defender la dignidad de las personas y sus derechos

La Subcomisión para la Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal Española ha publicado su mensaje para el Día de la Caridad, que la Iglesia celebra el domingo 2 de junio, festividad del Corpus Christi

Una mujer pasa por delante de una tienda de lujo en Madrid en la que un pobre pide a la puerta

“La pobreza y la exclusión en nuestro país son un fenómeno estructural que persisten más allá de la coyuntura económica general”. Así lo expresan los obispos de la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal Española en su mensaje para el Día de la Caridad, que la Iglesia celebra el domingo 2 de junio, festividad del Corpus Christi, con el lema ‘Allí donde nos necesitas, abrimos camino a la esperanza’.



Con los informes de Cáritas y la Fundación Foessa bajo el brazo, los prelados denuncian la realidad que viven miles de personas:

  • “Situaciones de exclusión mucho más severas, personas con mayor deterioro especialmente psicoemocional”.
  • “Una precariedad laboral que obstaculiza a muchas personas a vivir con estabilidad e iniciar proyectos vitales nuevos”.
  • “Una problemática de la vivienda que se va agudizando y aumenta las situaciones de sinhogarismo en hombres, mujeres y familias”.
  • “Más personas en situación de irregularidad administrativa fruto de las olas migratorias”.
  • “Una población infantil y juvenil en situación de desventaja social tan profunda que con toda probabilidad arrastrarán toda la vida”.

Por todo ello, señalan a los cristianos que “nuestro compromiso es vivir y estar en el mundo desde el amor, allí donde nos necesiten”. “Los cristianos estamos llamados a ser una comunidad fraterna y samaritana”, agregan.

Y es que, “un año más, la celebración del día de la Caridad, nos compromete a transitar caminos de fraternidad, a animar y promover el compromiso de la comunidad cristiana y de la sociedad en general, con la defensa de la dignidad de las personas y sus derechos”.

Tres vías prioritarias

En este sentido, consideran en estos tiempos tres vías prioritarias:

  1. Salir al encuentro de las personas más empobrecidas: “No hay que esperar a que nos llamen a nuestra puerta, sino llegar a las personas, allí donde estén. Cada encuentro, cada relación de ayuda significativa, cada diálogo sanador es sacramento de esperanza, especialmente para la persona más vulnerable. Se trata, pues, de salir al encuentro para acompañar la vida, su proceso de sanación y recuperación, su proceso de desarrollo en busca de una vida mejor, estableciendo vínculos con la persona”.
  2. Comprometerse con el bien común: “No basta con sanar y cuidar. Es necesario crear instituciones más sanas, regulaciones más justas y estructuras más solidarias, que permitan modificar las condiciones sociales que provocan sufrimiento. El papa Francisco nos hace dos propuestas para abrir camino a la esperanza pública, bien común de todos: impulsar y animar la cultura del encuentro y la cultura del cuidado”.
  3. Tejer comunidad fraterna: “Nadie puede pelear la vida aisladamente. Estamos llamados a ser comunidad de vida, de bienes y acción, en la que el amor recíproco, que se alimenta en la Eucaristía, nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido”.

Los obispos concluyen su mensaje con el deseo de que “la celebración y la adoración eucarísticas nos ayuden a comprometernos para construir juntos caminos de fraternidad, de manera que seamos esperanza de tantas personas”.

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