Evangelio: Lucas 13,18-21
En aquel tiempo decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas». Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta».
Comentario
Es llamativo que una expresión, «reino de Dios», tan presente en el corazón del mensaje y de la actuación de Jesús no aparezca definida en los evangelios. En esta ocasión, nos fijamos en un detalle: las parábolas que lo describen cuentan con un tiempo de espera para que se haga presente; en este caso, lo que tarda en transformarse el grano de mostaza en arbusto o lo que tarda la levadura en fermentar el pan. Es fácil imaginar
al pueblo israelita, dominado por los romanos, rezar fervientemente para que Dios llegase y les liberase. Acojamos hoy nuestros particulares tiempos de espera para ser liberados de lo que nos oprime, para vivir en plenitud el reino de Dios.