Los estafadores están continuamente reinventándose, también en la vuelta a la normalidad. El vicario episcopal para la Vida Consagrada de la archidiócesis de Toledo, Raúl Muelas, ha dirigido una carta a los monasterios de clausura y a las comunidades religiosas advirtiendo de que “desde hace varios meses, algunas de comunidades de vida consagrada de nuestra Archidiócesis están siendo objeto de intentos de engaño por parte de algunos desaprensivos que se hacen pasar por sacerdotes o por miembros de la Curia Diocesana con el fin solicitarles dinero”.
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Únete el martes 9 de marzo al Foro PPC: ¿Cristiana y feminista a la vez?
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Denuncia a las autoridades
“En otras ocasiones, los timadores tratan de presionar a las superioras afirmando que, por el consumo de productos monásticos, adquiridos en esa comunidad concreta, se han intoxicado y proponen, para evitar una denuncia ante las autoridades sanitarias, abonar cantidades considerables de dinero”, denuncia el eclesiástico. Sucesos que, advierte, “lejos de desaparecer, van en aumento”, por lo que pide “encarecidamente” a las comunidades “que tomen todas las precauciones necesarias, sin excluir las denuncias ante las autoridades policiales”.
“Les ruego que desconfíen de todos aquellos que por teléfono o de manera presencial les pidan dinero en nombre de sacerdotes o de autoridades diocesanas”, recomienda. Además, reclama que “no envíen nunca dinero a sacerdotes desconocidos que llaman desde España o desde países extranjeros pidiendo intenciones de Misas a cambio del envío de jóvenes con vocación”. “No se dejen chantajear por posibles damnificados del consumo de productos alimenticios elaborados en los monasterios”, insiste. Finalmente, recuerda que “todas estas conductas son constitutivas de delito y deben ser puestas en conocimiento de la policía o de la guardia civil”.