Gabriel Deck, el crack emergente del Real Madrid de Baloncesto que se aferra a sus raíces

  • No olvida que tuvo que trabajar con 11 años e impulsa en su pueblo, Colonia Dora, un comedor infantil
  • Aterrizó en Europa hace un año desde San Lorenzo de Almagro, donde jugó el padre del papa Francisco

Gabriel Deck, el crack emergente del Real Madrid de Baloncesto que se aferra a sus raíces

El papa Francisco ha hablado varias veces de su pasión futbolera por el San Lorenzo de Almagro, que le devuelve su cariño yéndole a visitar cuando ha ganado algún trofeo y hasta poniendo nombre a su estadio. Pero esa relación de cariño no se fraguó solo porque en Argentina todos sepan que es un club con raíces católicas –fundado por el salesiano Lorenzo Massa–, sino que viene de más adentro: de la familia. Y es que el padre de Jorge Mario Bergoglio, ilustre socio 88.235 de la entidad, jugó en su equipo de baloncesto.

Precisamente, del San Lorenzo de Almagro de Baloncesto llegó hace dos temporadas un joven jugador argentino que está deslumbrando en el Real Madrid: Gabriel Deck. Tras una temporada de adaptación a las órdenes de Pablo Laso (donde contó con minutos de calidad y ganó la Supercopa y la Liga), ‘La Tortuga’ Deck vive ahora el mejor momento de su carrera: completó un maravilloso Mundial siendo el mejor jugador de Argentina en la final ante España, aunque no pudo evitar la derrota albiceleste, y, el pasado domingo, completó la misión de secar a Nikola Mirotic, siendo clave en la victoria madridista ante el Barcelona.

Trabajó de todo

Sin embargo, basta echar un vistazo a sus redes sociales para comprobar que el centro de su vida está más allá de las canchas. Concretamente, en su pueblo, Colonia Dora, un municipio de 5.000 habitantes en Santiago del Estero, al norte del país. Un lugar que jamás dejará de ser su hogar (“nunca voy a cambiar; mi lugar en el mundo es Colonia Dora”). Y es que no solo sigue viviendo allí su familia y acude siempre que tiene unos días libres. Allí supo lo que era ganarse la vida con apenas 11 años: “Mi padre era agricultor y se dedicaba a la alfalfa y mi madre era ama de casa y limpiaba en diferentes casas. Luego entró en una empresa que se dedicaba a limpiar autobuses y ahí entramos con ella mi hermano y yo. Limpiábamos los autobuses para poder poner un plato en la mesa. He hecho de todo. Porque, además de limpiar, ayudaba a mi padre en la alfalfa y también hice de pintor, de tapizador… De todo para ayudar en casa“.

Precisamente, justo antes de las semifinales del Mundial, cuando Argentina arrasó a Francia, Deck dio a conocer su último proyecto: el Comedor 7 de Abril, situado en su barrio, para ayudar a completar la nutrición de decenas de niños cuyas familias atraviesan graves dificultades económicas. Una iniciativa en la que no solo se dará comida o bienes materiales… Deck quiere que sientan en orgullo de sus raíces en un lugar en el que, pese a los muchos sacrificios que tuvo que hacer, él fue y es feliz.

Lo protege san Cayetano

Así, echando la vista atrás y rememorando las grandes gestas que atesora en su breve carrera, él lo define de un modo muy gráfico: “Es una bendición de Dios“. Una referencia espiritual muy en la línea de los valores vividos en su familia. Y que tan tiernamente ha reflejado en la prensa local su abuela Teresa: “No puedo creer a dónde llegó mi nieto. Dios me lo proteja y nuestro patrono san Cayetano siempre me lo acompañe en cada partido. Besos, mi chiquito”.

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