“Hemos sufrido abusos físicos, psicológicos… e institucionales”

  • El presidente de la Confer, el arzobispo de Madrid y el defensor del Pueblo apadrinan la inauguración en O_Lumen de la exposición fotográfica de víctimas ‘Shame European Stories’
  • “Que el abuso no se encubra nunca”, expuso José Cobo, que reivindicó que la Iglesia debe poner “a cada víctima en el centro”

“Hemos sufrido abusos físicos, psicológicos… e institucionales”

El presidente de la Confer, Jesús Díaz Sariego; el arzobispo de Madrid, José Cobo, y el defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, arroparon esta tarde la inauguración de la exposición fotográfica ‘Shame European Stories’, que recoge el rostro de las víctimas de abuso en Europa. La muestra, firmada por Simone Padovani, y que ha recorrido ya varias ciudades de Europa,  permanecerá hasta el 21 de julio en O_Lumen, el espacio artístico creado por los dominicos. En el acto, intervinieron víctimas de abusos de distintos ámbitos, desde la Iglesia a la familia, pasando por el ámbito deportivo.



“Quiero apoyarme en el Papa Francisco y en el cardenal Osoro para pedir perdón. En medio de este huracán desbordante, Iglesia de Madrid no quiere esconder el sufrimiento que ha generado”, alzó la voz el nuevo arzobispo de Madrid. “No queremos quedarnos solo en pedir perdón, queremos trabajar compartiendo cicatrices y facilitando procesos de sanación donde cada víctima se ponga en el centro, sabiendo de nuestras pobrezas y nuestros errores, para que el abuso no se encubra nunca”, destacó Cobo.

Proyecto Repara

Además, compartió con los presentes el ser y hacer del proyecto Repara de acogida a las víctimas: “Estamos aprendiendo a buscar la verdad en los ojos, las lágrimas y en vuestras heridas. Las víctimas se han convertido para nosotros en maestras de vida y promotoras de nuevos caminos”.

El presidente de Confer y provincial de los dominicos en España, Jesús Díaz Sariego, entonó un ‘mea culpa’ por el daño causado “desde un perdón sentido y comprometido; para sacar a la luz el sufrimiento de tantas y tantas víctimas de abusos en los diversos ámbitos de la sociedad, también en la Iglesia”. Es más, reconoció que, hoy por hoy se ha “logrado del todo, en las instituciones que represento, la justicia personalizada en cada rostro sufriente”.

Trecho por recorrer

“Hay un camino ya avanzado. Se ha logrado mucho, pero aún queda en las personas e instituciones un trecho por recorrer”, admitió. Para el religioso, “captar en el rostro de las víctimas la vergüenza de quien sufre”, implica también sacar a la luz “nuestra vergüenza como sociedad, como instituciones a las que representamos, por no haberlo evitado”.

En el acto también intervinieron algunas víctimas de abusos, entre ellos, Fernando García Salmones, víctima de abusos de un misionero claretiano y Teresa Conde, víctima de un trinitario en Salamanca. Visiblemente emocionado, García Salmones reclamó a la Iglesia que se comprometa en “apoyar un proceso educativo de desarrollo de la madurez sexual que generaría sociedades más justas”.

Dar visibilidad

“He sufrido abusos físicos, psicológicos e institucionales”, expuso Conde, que denunció cómo la Iglesia habría incurrido en no pocas negligencias tras denunciar su caso. “No me pidan que sea una buena víctima, no soy capaz”, añadió.

Esto no se supera

“Mentiría si dijera que esto se supera, no es así”, remarcó Juan Cuatrecasas, víctima de abusos del caso Gaztelueta, que fue abusado a partir de los 12 años y hoy tiene 26. “No podía dormir, me autolesionaba, apenas comía…”, señaló entre las múltiples secuelas sufridas. “Imploro una actuación inmediata en nombre de los niños y niñas víctimas de abusos. Llevamos mucho tiempo en silencio, incomprendidos, señalados y revictimizados”. A la vez, reivindicó una “legislación que nos ampare y proteja”.

Por su parte, su padre, Juan Cuatrecasas, defendió esta muestra para “dar visibilidad a esta lacra que muchos niñas y niños hayan sido víctimas a lo largo de toda la historia de violencia infantil”. A partir de ahí, reclamó un mayor “reconocimiento, reparación, más fondos públicos para la investigación de las secuelas que dejan estos delitos”.

Trabajar juntos

Amor, víctima de la violencia intrafamiliar, relató cómo “el abuso te anula como persona, sus efectos se acumulan en el tiempo”. “Es fundamental abordar este tema de manera integral y tomar medidas concretas”, expuso. A la vez, dijo que “debemos trabajar juntos para crear un entorno seguro para las víctimas, porque cada segundo cuenta”.

“Pensaba que iba a acabar olvidándolo, pero cuando toqué fondo, me lancé. Cada vez que intentaba tener una familia, mi interior estaba roto y así no podía conseguir nada”, confesó sobre los abusos que sufrió por parte de su padre Laura Cuevas, presidenta de Lulacris, una asociación del Campo de Gibraltar contra los abusos a menores. “Mi lucha es ayudar a que ningún niño pase por lo que yo he pasado”. 

En su turno de palabra, Patricia desveló cómo su particular infierno comenzó cuando tenía 12 años. “Aquel se sacerdote se aprovechó de mi debilidad y confesión, una vez llevado a su terreno, abusó de mi persona, decapitó mi pubertad”, denunció. “Hoy es un día feliz para mí, estar compartiendo este pasaje de mi niñez, sé que con ello curo y ayudo”, enfatizó y resumió su intervención en tres palabras: “Verdad, reparación y justicia”.

En esta misma línea, Pepe Godoy, víctima en el ámbito deportivo defendió que “tenemos que poner una red política e institucional a las víctimas menores y adultas desde una respuesta jurídica y psicológica”. “Después de tantos años y de dar un paso al frente, entendí que bastante había hecho con sobrevivir”, aportó.

Demanda común

Todas las víctimas alzaron la voz para instar a que “se obliguen a las grandes plataformas digitales retiren cualquier material de contenido pedófilo y abusos a la infancia”. “Firmar la petición que no es un capricho ni pedir algo sin sentido”, subrayaron.

“Esta exposición debería abrirnos los ojos”, denunció el iniciador de ‘Justice iniciative’, la plataforma que respalda ‘Shame European Stories’. “Las consecuencias de los malos tratos son devastadoras y duran toda la vida”, comentó el activista, a la vez que enumeró algunas de las heridas abiertas que generan, para desembocar, en algunos casos, “hasta el suicidio”. Desde ahí, hizo un llamamiento para un mayor compromiso político con el fin de hacer realidad una justicia restaurativa para las víctimas.

Letizia de la Hoz, abogada especializada en acompañamiento a víctimas de abusos de la Iglesia, destacó que “conocer a una víctima cambia una vida”. “No nos puede dejar indiferentes a nadie como sociedad”. “Que hoy estemos aquí con representantes de la Iglesia en una antigua iglesia, es un signo relevante, porque muchas víctimas lo que han visto hasta ahora de la Iglesia es que se mire para otro lado. Sé que no es nada fácil estar aquí”, valoró. “Saber que en la Iglesia hay gente que da su vida por la Iglesia, como Luis Alfonso Zamorano, también nos tranquiliza y nos impulsa”, añadió.

Cerró el turno de intervenciones, Juanjo Longarela, de Cristianos Socialistas, “Sentimos con dolor esta situación y por ello urgimos a los responsables de la Iglesia a dejar detrás las actitudes defensivas para pasar al compromiso con las víctimas”.

“Tenemos que hacer el recorrido de mirar a los ojos a todos y cada uno de los que están en estas fotografías y de una manera silenciosa no están contando sus historias. Es así como iremos ganando la batalla a esta lacra“, remató el dominico Xabier Gómez, director de O_LUMEN.

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