Discurso del presidente de la Autoridad Nacional Palestina Mahmoud Abbas
Traducción no oficial del inglés.
En el Nombre de Dios, el Clemente y el Misericordioso,
Su Santidad, el papa Francisco,
Su Excelencia, el presidente Simon Peres,
Sus Beatitudes, jeques honorables y rabinos
Señoras y señores:
Es un gran honor que nos reunamos de nuevo con Su Santidad el papa Francisco en cumplimiento de su amable invitación para disfrutar de su presencia espiritual y noble, y escuchar su opinión y sabiduría transparentes, que emanan de un corazón sano, una conciencia vibrante, así como un sentido ético y religioso elevado.
Doy las gracias a Su Santidad desde el fondo de mi corazón por iniciar esta importante reunión aquí en el Vaticano. Al mismo tiempo, agradecemos mucho su visita a Palestina en Tierra Santa, y en concreto a nuestra ciudad santa de Jerusalén y a Belén; la ciudad del amor y la paz y cuna de Jesucristo. Esta visita es una expresión sincera de su creencia en la paz y un intento verdadero de alcanzar la paz entre palestinos e israelíes.
“Gloria a quien hizo viajar a su siervo de noche, desde la mezquita sagrada a la mezquita lejana, cuyos alrededores sean bendecidos, para mostrarle parte de nuestros signos. Él es quien todo lo oye, quien todo lo ve”. Usted hizo peregrinaje y oración, el mejor acto de fe que pueden hacer los fieles, e hizo sincera promesa con su voz. Dios Todopoderoso revela la verdad: “Permitidles entrar en el Masjid como la primera vez”.
Oh, Señor del cielo y la tierra, acepta mi oración para alcanzar la verdad, la paz y la justicia en mi país de Palestina, en la región y en el mundo en su conjunto.
Te ruego, oh Señor, en nombre de mi pueblo, el pueblo de los palestinos musulmanes, cristianos y samaritanos que anhelan una paz justa, una vida digna, y la libertad, yo te suplico, Señor, para hacer próspero y prometedor el futuro de nuestro pueblo, y la libertad de nuestro estado soberano e independiente. Concede, oh Señor, a nuestra región y su gente, seguridad y estabilidad. Salva nuestra ciudad bendecida Jerusalén; la primera Kiblah, la segunda mezquita santa, la tercera de las dos Mezquitas Sagradas, y la ciudad de bendiciones y paz con todos los que la habitan.
La reconciliación y la paz, Señor, son nuestro objetivo. Dios en Su Libro Sagrado ha emplazado a los fieles: “Haced la paz entre vosotros”. Nosotros estamos aquí, señor, orientados hacia la paz. Haz firmes nuestros pasos y corona con éxito nuestros esfuerzos e iniciativas. Tú eres el promotor de la virtud y el que previene del vicio, el mal y la agresión. Tú dices la verdad: “Si estáis orientados hacia la paz, llevad la paz con vosotros”. Nos orientamos a ella y confiamos en Alá. Él que escucha, el que sabe.
Hoy, reiteramos después de Jesucristo frente a Jerusalén: “Si tan sólo hubieras conocido el camino de la paz este día” (Lucas 19:42). Además recordemos las palabras de san Juan Pablo II cuando dijo: “Si la paz se consigue en Jerusalén, habrá paz y el mundo entero será testigo”. Al mismo tiempo, en nuestra oración de hoy llamamos de nuevo a quienes abogan por la paz “bienaventurados”.
De acuerdo con ello, te pedimos, Señor, por la paz en Tierra Santa, Palestina y Jerusalén junto con su pueblo. Te lamamos Señor para hacer de Palestina y Jerusalén, en particular, una tierra segura para todos los creyentes, y un lugar para la oración y la adoración de los fieles de las tres religiones monoteístas, del judaísmo, el cristianismo y el Islam, y para todos aquellos que la deseen visitar, como se dice en el Sagrado Corán.
Oh Señor, Tú eres la paz y la paz emana de Ti. Oh Dios de Gloria y Majestad, otórganos seguridad, y alivia el sufrimiento de mi pueblo tanto en su tierra natal como en en la Diáspora.
Oh Señor, trae la paz global y justa para nuestro país y la región a fin de que nuestro pueblo y los pueblos del Oriente Medio y de todo el mundo puedan disfrutar los frutos de la paz, la estabilidad y la convivencia.
Queremos la paz para nosotros y para nuestros vecinos. Buscamos la prosperidad y paz espiritual para nosotros mismos y para los demás por igual. Oh Señor, escucha nuestra plegaria y concede éxito a nuestros esfuerzos porque tú eres más justo, el más misericordioso, el Señor de los Mundos.
Jardines Vaticanos
Domingo, 8 de junio de 2014