La Merced Migraciones pone el orgullo migrante ante el objetivo

La Merced Migraciones pone el orgullo migrante ante el objetivo

Durante más de cuatro meses, cada lunes, La Merced Migraciones –fundación promovida por los Mercedarios– reunió a dieciséis personas que sufren una doble discriminación, por pertenecer al colectivo LGTBIQ y al mismo tiempo por ser migrantes, para desarrollar un proyecto creativo con el que sensibilizar sobre la riqueza de la diversidad sexual y de género.



El resultado es Naturaleza migrante, la exposición que acaba de inaugurar el Espacio de Igualdad Emilia Pardo Bazán en Madrid, con fotografías de Megane Mercury, persona no binaria, cantante y modelo, quien asumió la dirección artística de un proyecto participativo e innovador frente a la LGTBIQfobia.

“Fueron las propias personas migrantes quienes escribieron el concepto, quienes eligieron de qué trata cada fotografía y quienes, además, desarrollaron los textos que le acompañan”, narra Rubén Romero Lozano, técnico de sensibilización de La Merced Migraciones e impulsor del proceso participativo.

De modelos a protagonistas

“Han pasado de ser modelos a ser protagonistas, contando su propia historia, su itinerario migratorio, las persecuciones y vulnerabilidades que han sufrido”, explica desde esta fundación eclesial que cada años acoge en sus hogares una media de 200 jóvenes extranjeros, además de otras 2.000 personas de diferentes perfiles que son acompañados en sus programas de integración.

Andrei (Rusia), Loura (Marruecos), Mamadou (Guinea), Anderson (Colombia), Jonathan (Venezuela), Dina (Marruecos), Darwin (Ecuador), Sofía (Nicaragua), Pablo (Perú) o Noely (Honduras) han escrito, como relata Romero, “una nueva narrativa para cambiar la forma o los discursos estereotipados, cuando las personas migrantes LGBTBI tenemos múltiples capacidades y muchísimo que ofrecer a la sociedad”.

Contra los discursos de odio

Mariela, Nayare, Riri, Galaxia, Daniela o Harvey prefieren ocultar su país de origen, donde han sido víctimas de persecución y al encontrarse todavía en proceso de solicitud de asilo y de regularización. Otros, en la misma situación, prefieren mantener en privado sus nombres y dar sus países de origen: Brasil, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, cuatro de las doce nacionalidades que suman los protagonistas de la muestra.

Todos narran su historia en Naturaleza migrante: “Así es cómo queremos ser vistos, no queremos ser estigmatizados, no queremos ser puestos en un papel de víctimas, no queremos ser puestos en un papel de antinatural, todo lo contrario. Queremos que se reconozca que somos parte de la naturaleza, que somos parte de la sociedad y que estamos aquí para aportar y para crear como cualquier otra persona”.

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