Autor del libro Luigi Giussani. Su Vida (Ediciones Encuentro)
JOSÉ LUIS CELADA | Admite que la vida de Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, “hunde sus raíces a una profundidad imposible de resumir en un libro”, pero el italiano Alberto Savorana (Forlì, 1959) da buena cuenta en su biografía de quién fue y qué supuso para la Iglesia y la sociedad –de entonces y de hoy– este sacerdote y su modo de vivir la fe como “respuesta adecuada a la pregunta del hombre”.
PREGUNTA.- Asegura que para escribir este libro le ha guiado una “mirada amigable” sobre el biografiado. ¿Resulta difícil hablar de un amigo con objetividad?
RESPUESTA.- Al contrario, ha sido muy fácil. La convivencia con él me ha hecho estar más atento a los signos y datos que emergían a medida que avanzaba mi trabajo. Eso me ha permitido captar momentos y detalles en los que no me habría fijado con una mirada más distraída. ¡Cuántas cosas he descubierto, y eso que creía conocerle bien!
P.- Entre los recuerdos que conserva de Giussani, ¿con cuál se quedaría?
R.- La certeza de Cristo como una presencia familiar, que determinaba su forma de afrontar las circunstancias con una vibración única ante las personas y las cosas. Su mirada era capaz de abrazar a cada uno en su situación existencial concreta; lo que hacía desear vivir como él.
P.- ¿Qué ha supuesto su figura para la historia de la Iglesia contemporánea?
R.- Un modo de vivir la fe como respuesta adecuada a la pregunta del hombre. Ya en los años 50 vio que la fe resultaba incomprensible e inútil si el hombre no se tomaba en serio sus preguntas sobre la verdad, la belleza, la justicia, la felicidad. Y propuso un camino –un método– para comprobar la utilidad de la fe para la vida: la experiencia, a través de un encuentro.
P.- Él tuvo una evidente sintonía con el pontificado de Juan Pablo II. ¿Cómo cree que encajaría hoy en la Iglesia de Francisco?
R.- ¡Fenomenal! También Giussani tendía a lo esencial, es decir, a Cristo. Para él, el cristianismo no es ante todo una doctrina, un conjunto de reglas morales, sino un acontecimiento que cambia la vida. Nos lo dijo precisamente Francisco en audiencia con el movimiento de Comunión y Liberación (CL): “Sabéis cuán importante era para don Giussani la experiencia del encuentro, no con una idea, sino con una Persona, con Jesucristo”. Estaría exultante viendo a un hombre que cree verdaderamente en el método de Dios que se hace presente mediante la “belleza desarmada” de la fe, como dice Julián Carrón en su último libro.
P.- ¿Cómo renovaría y actualizaría hoy este sacerdote milanés el carisma fundacional de CL?
R.- No lo sé, pero veo cómo Carrón –elegido por Giussani para guiar CL– lo está haciendo: mostrándonos el testimonio de su vida aferrada por Cristo mediante el encuentro con el carisma de Giussani. Actualizar su carisma significa comprobar en nuestra vida que Cristo responde a la pregunta del hombre de hoy, frente a desafíos terribles, como los que representan los atentados de París. Esto es lo que Carrón nos invita a hacer todos los días.
Muchísimo por descubrir
Dice Savorana que le queda “muchísimo” por descubrir de Don Giussani, que solo ha “cavado unos centímetros bajo la superficie”, que “su vida hunde sus raíces a una profundidad imposible de resumir en un libro”. Ahora espera que en España se suscite “el deseo de conocerle más y vivir su experiencia”. A diez años de su muerte, “lo que él empezó no se ha interrumpido. Y eso no se puede dar por descontado”.
En el nº 2.966 de Vida Nueva
