Recensión de la obra de Ángel Sanz Arribas El alzar de las manos (Casa de Espiritualidad, 2014).
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Título: El alzar de las manos
Autor: Ángel Sanz
Editorial: Casa de Espiritualidad, 2014
Ciudad: Madrid
Páginas: 206
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J. LORENZO | No es necesario leer una página de este libro para entender la capacidad de su autor para generar las parábolas, oraciones y subsidios anunciados. Uno repara en la dedicatoria y ya entiende eso, y también que, de una familia de siete hijos, seis se hayan consagrado a distintos carismas religiosos: “En memoria de mis padres, Isidoro y Teódula, que hablaron muchas veces con Dios como un amigo habla con su amigo”.
Familiaridad que se detecta al poco de lanzarse a la lectura, o mejor, al rezo de esta obra.
Sus parábolas están llenas de sabiduría, también aquí engañosas en su sencillez, porque se beben bien y dejan un poderoso retrogusto que nos ayuda a ir madurando su mensaje, sus palabras, pertinentes para meditarlas quienes quieren fortalecer su vocación de consagrados, pero también esos laicos que no se conforman con musitar oraciones con ojos entornados.
A todos ellos, igualmente, les vendrá muy bien la tercera parte, los subsidios, que comienza con lo elemental, pero que tantas veces se pasa por alto: una guía breve para empezar a orar, para predisponerse a ello. Siguen sugerencias para orar, una batería de preguntas a Jesús que nos pondrán en camino a orar o, también realmente sugerente, una selección de textos bíblicos con los que orar.
Como bien dijera Severino Alonso de esta obra, se trata de “una excelente pedagogía de la oración: enseña a orar orando”.
En el nº 2.898 de Vida Nueva