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Cuando oréis, decid: “Padre nuestro…”


Un libro de John Dominic Crossan (Sal Terrae, 2011). La recensión es de Federico Pastor-Ramos.

Cuando oréis decid Padre nuestro - Crossan - Sal Terrae

Cuando oréis, decid: “Padre nuestro…”

Autor: John Dominic Crossan

Editorial: Sal Terrae

Ciudad: Santander

Páginas: 224

FEDERICO PASTOR-RAMOS | El conocido, y hasta cierto punto discutido, biblista norteamericano de origen irlandés J. D. Crossan nos ofrece un libro, como todos los suyos, bastante original, aun cuando su tema sea algo tan central como el Padrenuestro. Usando sus mismas palabras, se trata de una meditación sobre “la oración más extraña”, si bien hay que precisar enseguida que es una meditación un tanto peculiar. No en la estructura, sino en el contenido.

La obra consta de ocho capítulos cuyos títulos coinciden con las palabras principales de las ocho peticiones de la oración dominical, que se van desgranando a lo largo de sus páginas. No son consideraciones “espirituales” directas, sino una meditación que propone e incorpora grandes temas del Antiguo Testamento, a veces de forma excesiva, como en lo referente a los préstamos, deudas y esclavitud (pp. 173 ss.), entreverados también con datos históricos.

Son vinculaciones de una petición determinada con otros pasajes de la Biblia, donde aparecen ciertas coincidencias, verbales o no, con lo cual a menudo no se percibe la relación entre la petición del Padrenuestro y lo que dice el autor. Pero tiene la ventaja de dar a conocer no solo el texto evangélico, sino otros muchos. Lo mismo ocurre con abundantes pasajes evangélicos.

Las perspectivas de Crossan son amplias: así, toca también aspectos de teología, como lo relativo a la “expiación” y satisfacción vicaria (pp. 128-131). Resultan interesantes y útiles porque informan de muchos puntos bíblicos y extrabíblicos. A veces, sin embargo, esos originales desarrollos no están suficientemente documentados o son tributarios de ocurrencias del autor, como cuando propone que el segundo discípulo de Emaús era la esposa de Cleofás (p. 156), u otros parecidos.

La justicia es uno de los principales temas tratados, ya desde el comienzo (pp. 26-32), y aparece repetidas veces (pp. 155, 162, 171, 180…). Ello es de agradecer, porque elimina cualquier tentación de “angelismo” relativa a la oración del Señor.

El nivel del libro es más bien popular y divulgativo, claro y suficientemente comprensible, con muchas breves explicaciones de términos técnicos. Tiene un cierto talante “norteamericano”, por llamarlo de alguna manera, que no ha perdido en su edición española. También se percibe la preocupación del autor por conectar sus explicaciones con la sensibilidad y temas contemporáneos.

Las opciones exegéticas concretas, discutibles entre los especialistas, no quitan valor y fruto para el lector “normal”.

En el nº 2.775 de Vida Nueva.

Actualizado
10/11/2011 | 23:45
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