Esta obra de Christian Feldmann (Herder, 2009) es recensionada por Francesc Torralba.
Edith Stein. Judía, filósofa y carmelita
Autor: Christian Feldmann
Editorial: Herder
Ciudad: Barcelona
Páginas: 156
(Francesc Torralba Roselló) Desde su canonización en 1998, la vida y obra de Edith Stein (1891-1942) ha sido objeto de incontables tesis, tesinas y monografías en gran parte de Europa. El interés por su pensamiento, en sus distintas ramas, ha ido creciendo, y también su particular interpretación de la fenomenología de Husserl. En nuestro país, poseemos ya una rigurosa edición de sus Obras Completas (Monte Carmelo) dirigida por uno de los máximos especialistas, Francisco Javier Sancho, que ha posibilitado el acceso a su pensamiento por parte de la comunidad hispanohablante.
Más allá de su perfil intelectual, de su condición de filósofa, de sus múltiples aportaciones en el terreno de la antropología, la teología mística y simbólica, la filosofía de la educación, de la comprensión de la condición femenina y de su denuncia del nazismo, está la persona de carne y hueso, están sus experiencias fundamentales, sus crisis y rupturas, sus apuestas existenciales, en definitiva, lo que José Ortega y Gasset llamó la intrahistoria. De esto trata, esencialmente, este bello ensayo del conocido escritor y periodista, Christian Feldmann.
El autor refleja en él la riqueza interior de esta mujer excepcional que fue Edith Stein, uno de los testigos más conmovedores del siglo XX. No es una biografía científica, ni el lector especializado hallará en ella nuevos elementos, pero cumple, con creces, su misión divulgadora y consigue cautivar al lector, hacerle partícipe de las palpitaciones interiores de esta santa que, además de escribir filosofía, era excursionista y practicaba el remo.
El autor suscita interés por la figura, y no sólo interés; prepara ya el terreno para la devoción. De hecho, lo que Feldmann ofrece, en este pequeño pero gran libro, es una radiografía del alma de Stein. Recala en los textos más personales y los ofrece al lector sin necesidad de contextualizar, ni identificar, formalmente, la fuente. Aparece una santa que sufre un largo proceso interno de dudas, de contradicciones, que busca insaciablemente la verdad, que padece horas de tormento y desesperación. Lejos de la imagen tópica y falsa de estampita, su santidad no entra en conflicto con su humanidad, con sus pasiones y dolores, sino todo lo contrario, la asume plenamente. Experimenta el silencio de Dios en Auschwitz y asume su sufrimiento con dignidad. Como dice Feldmann, “en solidaridad con su pueblo, Edith Stein quiso vivir hasta el amargo final la comunión de destino entre cristianos y judíos” (p. 123).
Un bello libro, cuidadosamente editado que, sin lugar a dudas, da que pensar.
En el nº 2.667 de Vida Nueva.
