Una obra de Luis González-Carvajal Santabárbara (PPC) La recensión es de Diego Tolsada
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Título: El camino hacia una vida lograda
Autor: Luis González-Carvajal Santabárbara
Editorial: PPC
Ciudad: Madrid, 2015
Páginas: 268
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DIEGO TOLSADA | No es necesario presentar a Luis González-Carvajal. Lo que tal vez sea menos conocido es el magnífico programa que rige para las clases de Religión de Bachillerato desde hace ya casi 40 años, y que pretende entablar un serio diálogo fe-cultura en torno a las cuestiones más profundas del ser humano (ciencia y fe, humanismos, sentido de la vida…) y las respuestas básicas de la fe (la fe, Jesucristo, la vida creyente…) en un nivel adecuado a los jóvenes de 17 y 18 años.
El presente libro se inserta en esa línea, con el atractivo añadido del buen hacer de un autor tan experimentado. PPC le encargó la preparación de una edición renovada de la obra escolar, que se puede encontrar magníficamente editada y plena de materiales y sugerencias bajo el discreto –por no decir encubridor– título de Religión católica, bachillerato (2015). Como él mismo explica, “existen dos versiones de este libro: la que tiene el lector en sus manos –que es la original– y otra, sin notas a pie de página y bastante modificada, con el fin de adaptarlo como libro de texto para la enseñanza religiosa en el nuevo bachillerato” (p. 9).
Es la versión “original” la que aquí se recensiona. El título deja clara su intención: se habla de una vida lograda que es meta, y no segura, sino que hay que buscar caminando de una determinada manera. Por ello, la palabra-idea sobre la que gira el libro es la de “búsqueda”.
Son 28 temas armónicamente distribuidos en cuatro grandes apartados. El primero de estos presenta al ser humano que busca sentido a la vida. Se parte de la antropología. El ser humano es una mezcla de grandeza y de miseria, las ciencias y la filosofía lo han destronado del lugar central del universo. Y todo lo que simboliza Auschwitz ha supuesto una nueva y feroz humillación. Sin embargo, es un ser abierto a posibilidades infinitas y habitado por el misterio.
Esta situación pide clarificar los campos de la ciencia y de la fe, reclama una ética que nos ayude a caminar, y hace absolutamente necesario saber para qué estamos aquí y hacia dónde vamos, encontrar el secreto de la felicidad, pues esta no es evidente, como el dolor y el sufrimiento se encargan de recordarnos. A este misterio han respondido todos los humanismos. Los humanismos “sin Dios”, nacidos de Feuerbach (y prolongados en Marx, Nietzsche y Freud y sus influencias). Y el humanismo cristiano (uno de los capítulos más necesarios y arriesgados, si no se quiere caer en la moralina y la apología fácil). Así encontramos al ser humano enfrentado a su libertad y al problema de qué hacer con ella.
Un segundo bloque, la respuesta cristiana a esa búsqueda, expone el movimiento correlativo de un Dios que responde a la búsqueda del ser humano saliendo a su encuentro. Le ofrece un proyecto de vida lograda, que se llama Reino de Dios, ya presente en nuestro mundo a través de las realizaciones prácticas de lo mejor que llevamos dentro, pero espera su plenitud futura en la vida abierta por la muerte y la resurrección de Jesús. Se concreta ahora y aquí en su seguimiento, en hacerse discípulo suyo, que consiste en incorporar a la vida –si se puede hablar así– el código genético del cristiano, es decir, la fe, la esperanza y el amor.
Religiones y moral social
También la humanidad ha “producido” respuestas a esa búsqueda que lleva dentro y a esa invitación de Dios. Son las religiones. Es el tercer bloque, una visión general de los caracteres de la religión (fenomenología) y una descripción de las más importantes: judaísmo, islam, hinduismo y budismo, sin olvidar un capítulo sobre “los que huyen de Dios” (ateísmo, agnosticismo e indiferencia religiosa) y dos sugerentes referencias a caminos más especiales hacia Dios, la belleza y el arte.
El cuarto apartado (“Los cristianos buscan la civilización del amor”) nos sitúa ante la propuesta de la moral social del cristianismo, una de las mayores especialidades de González-Carvajal. Se abordan temas como la Doctrina Social de la Iglesia, la presencia pública del cristiano en la sociedad plural, el trabajo hoy, la pobreza y la exclusión, y la obligatoria colaboración del creyente en la construcción de la paz.
Una ambiciosa respuesta desde nuestra situación a los problemas de la condición humana. No se puede dejar de evocar, ante ella, la obra más exitosa del autor, Esta es nuestra fe. Teología para universitarios. Y siguen las constantes del estilo: sencillez y claridad en la exposición, pero no falta de fundamentación ni concesiones a lo fácil; amenidad a través de múltiples referencias y citas a todo tipo de autores; rigor en el desarrollo y progreso del discurso… Merece especial atención el apartado cuarto, por su solidez y claridad. Y sigue sorprendiendo lo mucho que tiene y puede decir aún la Iglesia a la sociedad y a la persona de hoy.
En el nº 2.965 de Vida Nueva