La novela de la semana es de Justo Navarro (Anagrama, 2011). La recensión es de Juan Carlos Rodríguez.
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El espía
Autor: Justo Navarro
Editorial: Anagrama
Ciudad: Barcelona
Páginas: 224
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JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Antes de encomendarse a Ezra Pound, sea dicho –por si hiciera falta– que Justo Navarro (Granada, 1953) es uno de los grandes novelistas, entre los cuatro o cinco fundamentales, de esta España contemporánea. Un imprescindible. Y no hay ahora que ponerse diletante y hablar de Accidentes íntimos, La casa del padre, F. o El alma del controlador aéreo, sino perseguir a Ezra Pound, como en la novela hace J., ese otro yo ahistórico de Navarro.
Sí, Pound, el poeta pronazi, obnubilado por Mussolini, está en Roma y, según El espía, era una suerte de agente doble. No hay otra. En esta ficción no hay más explicación para que, tras la caída Il Duce, el gran escritor norteamericano fuera declarado “loco”, sacado de un campo de concentración y condecorado por la Biblioteca del Congreso de EE.UU. Quizás no importe si lo fue o no, lo que vale es la maravillosa tela de araña que el autor ha tejido alrededor de esa conjetura, hilándola con Carlo Trenti, un personaje que aparecía en Finalmusik. Una novela que atrapa.
En el nº 2.754 de Vida Nueva.