EL LIBRO DEL MES: 'Pensar con Simone Weil. Mística de frontera'

Una obra de María Clara Bingemer, publicada por Ciudad Nueva

Pensar con Simone Weil, María Clara Bingemer, Ciudad Nueva

XOSÉ MANUEL DOMÍNGUEZ PRIETO | Todo tiempo de crisis histórica y social es kairós, tiempo de gracia. Los tiempos de graves dificultades y de dolores profundos siempre son fecundos y alumbran personalidades de alto voltaje. Así resultó ser la primera mitad del siglo XX en Europa, sometida a dos guerras devastadoras y a todo tipo de convulsiones.

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Este período ha sido prolífico, entre otras cosas, en pensadores fuertes, proféticos, radicales, excesivos. No podemos dejar de recordar, en el contexto francés, a Berdiaev, a Maritain, a Bernanos, a Claudel, a Marcel o a Mounier. De modo muy particular, sorprenden los notables paralelismos de este último con Simone Weil, protagonista del libro objeto de la presente recensión, Pensar con Simone Weil. Mística de frontera.

Mounier y Weil: ambos franceses, nacidos y muertos jóvenes, prácticamente coetáneos; ante las circunstancias históricas que les toca vivir, reaccionan de modo contundente, con un pensamiento ágil, urgente, llamado al compromiso y a la acción. Ambos logran plaza de profesor de Filosofía y ambos renuncian a ella para dedicarse a la misión a la que se sintieron enviados. Ambos sienten la necesidad urgente de reflexiones y compromisos vinculados a lo real en el ámbito social, político y laboral. El acercamiento al mundo obrero va unido en ambos casos a un testimonio luminoso y a una fuerte opción por la pobreza material.

También ambos presentan una espiritualidad inequívocamente cristiana: Mounier, plenamente formado en ella y viviéndola desde dentro de la Iglesia; y Weil, vivida desde los umbrales de la Iglesia, pero ambas radicalmente cristocéntricas.

No obstante, son radicales las divergencias en su pensamiento. Así, el concepto de ‘persona’ en Weil tiene connotación de ‘personaje’, de ‘máscara’, del ‘yo odioso’ de Pascal; y su concepto de alma es impersonal, spinozista. Por el contrario, en Mounier la persona es la realidad más digna, amada y llamada, realizando su vida por el compromiso con valores, abierta al otro y a Dios.

Este ensayo de la teóloga brasileña María Clara Bingemer, Pensar con Simone Weil, resulta un buen medio para acercarnos con sencillez a las sorprendentes vida y obra de la pensadora francesa. Los efectos que su lectura puede suscitar en el lector pueden pasar de la fascinación a la repulsa, del impacto moral ante la presencia de una vida profética a la incomodidad por ciertas actitudes de Weil que interpelan y denuncian.

Frente a otros textos que hemos conocido, el de Bingemer presenta varias novedades: el hecho de estar escrito por una mujer le permite una especial empatía con la filósofa.

Una obra muy pedagógica

En segundo lugar, resulta una obra muy pedagógica: comienza con una aproximación biográfica (capítulo I), para, en tres capítulos ulteriores, abordar respectivamente tres aspectos nucleares de Weil.

Primeramente, muestra su estilo de vida pobre, su preferencia por el mundo obrero y su opción por la compasión y la cruz (capítulo II). A continuación, se aproxima a su mundo interior, a sus hondas y genuinas experiencias religiosas, fuera de toda comunidad e institucionalidad (capítulo III).

Finalmente, profundiza en las paradojas en las que se vio inmersa la propia Simone: judía de raza pero alejada del judaísmo, intelectual volcada en la praxis, experiencia religiosa que la autora del ensayo llama ‘mística’, de modo quizás hiperbólico y con alguna pretensión hagiográfica que me resultan excesivos (capítulo IV).

En tercer lugar, ponderamos la frescura del ensayo, que permite una lectura ágil. Centrado en la dimensión biográfica, pero sin ignorar su pensamiento, se muestran, con prolijidad y de modo bien documentado, los acontecimientos y encuentros que fueron tejiendo una vida que, sin duda, podemos considerar testigo y luz para ulteriores generaciones.