Un libro de Ángel Cordovilla (Ediciones Sígueme, 2014). La recensión es de Josep M. Rovira Belloso
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Título: En defensa de la teología. Una ciencia entre la razón y el exceso
Autor: Ángel Cordovilla
Editorial: Ediciones Sígueme, 2014
Ciudad: Salamanca
Páginas: 288
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JOSEP M. ROVIRA BELLOSO | He aquí un libro de pura teología. De lectura apasionante, pero quizás difícil para los no dedicados a ella. Un libro muy bien compuesto, de acuerdo con la lógica interna que estructura el tema. Veamos: Prólogo; 1. “Elogio de la teología”; 2. “Teología y sociedad”; 3. “Teología y universidad”; 4. “Teología y filosofía”; 5. “Teología y Sagrada Escritura”; 6. “Teología y dogma”; 7. “Teología y Concilio Vaticano II”; 8. “Teología y misión”; y Epílogo.
En el capítulo sobre “Teología y misión”, Ángel Cordovilla escribe unas fichas teológicas de los “grandes del siglo XX” –entre ellos, Henri de Lubac, Karl Rahner y Hans Urs von Balthasar– que justifican el adjetivo “apasionante” aplicado al principio de esta reseña a la lectura del presente libro. Un calificativo que se extiende a muchos fragmentos del mismo.
Los capítulos primero y segundo dejan muy claro el talante clásico de este elogio o defensa del saber teológico en la sociedad y en su lugar adecuado, que es la universidad. El autor sube todavía el nivel teológico en los cuatro capítulos siguientes, siempre en el surco de la teología en la sociedad y en la Iglesia. Destaca especialmente el dedicado a la “Teología y filosofía”, sin duda uno de los mejores capítulos del libro.
Calificativo que yo atribuiría al hecho de que aquí el discurso del profesor Cordovilla es rotundo, pero no cerrado. No hay teología sin filosofía; no es ni una boutade ni una provocación retrógrada. Es suficiente inspirarse en Fides et Ratio, de Juan Pablo II. No hay teología sin filosofía no significa otra cosa sino esta: no hay verdadera teología sin un pensamiento coherente, abierto y organizado, esto es, sin filosofía.
Eje central
Finalmente, el eje central lo constituye la confrontación de la teología con las siguientes dimensiones eclesiales: la Sagrada Escritura, el dogma, el Concilio Vaticano II y la misión eclesial. Este servicio de la teología a la misión de la Iglesia, tal y como se ha dado en su historia (ver siglos XII-XIII y XIX-XX) constituye, por tanto, la “tesis” de todo el trabajo del profesor de la Universidad Pontificia Comillas: sin este servicio centrado en el conocimiento vivo de Cristo, faltaría la dimensión veritativa, junto con la dimensión afectiva y de misericordia vivida en la práctica, propias del cristianismo, que hace suyos el Bonum, el Verum y el Pulcrum.
Ya se ve que una obra de esta índole no necesita estar preocupada por el tipo de lectores que ha de atraer. Un libro así se justifica por sí mismo. Es preciso, una vez más, que uno se entregue por todo el pueblo y sea capaz de un servicio que quiere encontrar aquí acogida y, sobre todo, un agradecimiento sincero y cercano.
En el nº 2.939 de Vida Nueva
