Un libro de Christoph Schönborn (Ediciones Palabra, 2011). La recensión es de José María Avendaño Perea.
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Hemos encontrado misericordia. El misterio de la Divina Misericordia
Autor: Christoph Schönborn
Editorial: Ediciones Palabra
Ciudad: Madrid
Páginas: 308
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JOSÉ MARÍA AVENDAÑO PEREA | Como el hijo pródigo, bastantes contemporáneos tienden, aparentemente, a prescindir de Dios, a alejarse de Él. Sin embargo, se sienten inseguros, amenazados, y apelan casi inconscientemente a la protección de Dios, infinitamente misericordioso. Por ello, la Iglesia transmite esa enseñanza de Jesucristo: la buena nueva de la misericordia de Dios, que tanto necesita nuestro mundo.
“Mi misericordia es más grande que tu miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido Mi bondad? Por ti bajé del cielo a la tierra, por ti dejé clavarme en la cruz… Jamás rechazaré un corazón arrepentido, tu miseria se ha hundido en el abismo de mi Misericordia”, escribe en su diario santa Faustina Kowalska, en una conversación con Dios de un alma pecadora y desesperada.
Palabra pone en nuestras manos una obra iluminadora y edificante del cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena. Este libro, profundo pero sencillo, de fácil lectura y comprensión, se nos brinda como agua fresca tomada de la belleza del Evangelio, de la Virgen María (Madre de Misericordia) y del testimonio de apasionados amigos de Dios: los santos y beatos (Pablo, Francisco de Asís, Edith Stein, Faustina, Teresa de Lisieux, Juan Pablo II…); un humilde instrumento para la reciedumbre de estos tiempos, donde tantos hermanos y hermanas necesitan adentrarse en la Divina Misericordia para perder miedos y encontrar ánimo, paz y fuerza para trabajar por la justicia que Dios quiere. La fe se muestra en la misericordia.
Un ágil y espiritual prólogo del profesor Hubert Philipp Weber nos adentra en nueve capítulos con las catequesis sobre la Divina Misericordia que el cardenal dominico impartió en la Catedral de San Esteban.
Son capítulos que se ocupan de “Juan Pablo II, papa de la misericordia”; “El Dios airado y misericordioso”; “La rigurosa misericordia de Jesús”; “El precio de la misericordia”; “Pablo, testigo y misionero de la misericordia de Dios”; “El sacramento de la misericordia”; “Las obras de misericordia”; “La Madre de misericordia”; y “¿Misericordia para todos?”.
“Cuando Dios dirige su misericordia a alguien –afirma el autor–, lo hace con una llamada inconfundible; este se siente apelado, amado… toca a la persona en su centro, en su dignidad”.
Recomendable lectura, pues, para esta Cuaresma, donde experimentaremos nuestra fragilidad y, al tiempo, esa alegría del sacramento de la misericordia.
En el nº 2.791 de Vida Nueva.
