El tercer tomo de Palabras y Fermentos, del jesuita Manuel Revuelta (Univ. Pontificia Comillas/Sal Terrae/Mensajero, 2008) es recensionada por Rafael Mª Sanz de Diego.
La Compañía de Jesús en la España contemporánea. Tomo III: Palabras y Fermentos (1868-1912)
Autor: Manuel Revuelta González, SJ
Edita: Univ. Pontificia Comillas/Sal Terrae/Mensajero
Ciudad: Madrid
Páginas: 996
(Rafael Mª Sanz de Diego, SJ) Este tomo es el III de una obra, en muchos sentidos, grande. Culmina la historia de los jesuitas españoles en la España contemporánea, desde 1868 hasta 1912. En total, casi cuatro mil páginas llenas de datos de una historia plena de avatares, ligada estrechamente a la historia de España y de la Iglesia en estos años.
Lo han precedido dos tomos anteriores y algo más. Los dos primeros se ocuparon de las casas jesuíticas en España desde el último tercio del XIX hasta los primeros años del XX. En 1868, casi al comienzo de la revolución Gloriosa, los jesuitas fueron suprimidos en España, siguiendo un ritual ya repetido varias veces: las etapas liberales en España solían inaugurarse con esta medida antijesuítica. También, como en otros momentos, la Compañía de Jesús acabó reinstalándose. El primer tomo narra esta Supresión y reinstalación, y llega hasta 1883. El segundo cuenta la Expansión en tiempos regios desde entonces hasta los primeros años del XX (1906).
Entre el segundo y el tercero se publicó un tomo sobre la acción educativa, que en principio iba a ser un capítulo más del que aparece ahora, aunque su extensión aconsejó una publicación separada.
Este tomo III
Mientras los dos primeros tomos se centran en las grandes obras, las personas y las controversias ideológicas que constituyeron la vida de los jesuitas españoles, este tomo III que aquí presentamos atiende a las tareas que éstos desempeñaron a lo largo de los más de cuarenta años historiados. El sujeto son ellos mismos, los propios seguidores de san Ignacio que realizaron esta misión en España. El primer capítulo los describe cuantitativamente, atendiendo a su crecimiento numérico, desglosando entradas y salidas. Puesto que la acción educativa fue objeto de otro libro, sus restantes tareas se agrupan en dos series, que forman el subtítulo: Palabras recoge la predicación (actos litúrgicos, ejercicios espirituales y misiones populares) y Fermentos estudia las asociaciones cristianas en las que cristalizaron las palabras sembradas por la predicación. Abarcan cuatro campos eclesiales: las centradas en la devoción al Corazón de Jesús, el Apostolado de la Oración sobre todo; las que tenían como centro la devoción a María, las Congregaciones Marianas, muy variadas en función de sus múltiples destinatarios; las que se destinaban a mujeres, también muy diversas y, finalmente, la acción social. Ésta era, sin duda, la respuesta más nueva a un problema candente. Se le dedican dos capítulos (siglos XIX y XX), que recogen una acción múltiple y variada, en la que destaca, el P. Antonio Vicent, patriarca de la acción social en la Iglesia española, alma e inspirador de los Círculos Obreros Católicos y de muchas actividades sociales más.
El esquema y el planteamiento de la obra resultan muy claros. Igualmente lo es el estilo; sencillo, elegante y de fácil lectura, aspecto éste siempre muy de agradecer en una obra tan voluminosa.
Una historia sólida
Yendo más al fondo, sobresalen varias características que le otorgan valor histórico. En primer lugar, la solidez. Todas las afirmaciones están basadas en datos archivísticos, en documentación interna de la Orden (Catálogos, Cartas Edificantes, Cartas Anuas, correspondencia de diversos jesuitas) y en fuentes impresas de varias obras. Se ha confrontado, trabajo arduo, la información que cada fuente aporta con la de otras, sabiendo leer el fondo de estadísticas y noticias. En este sentido, la narración supera ampliamente la mera exposición o yuxtaposición de datos y nos acerca con hondura a una realidad que no sólo se describe, sino que se ayuda a valorar.
Destaca también, como en tomos anteriores, el conocimiento amplio de muchos aspectos de esta historia, aunque no sean los centrales: son espléndidas las descripciones costumbristas de diferentes regiones españolas visitadas por los misioneros rurales. Son breves y expresivas las biografías trazadas de bastantes jesuitas de a pie, dibujando una variadísima galería de retratos. El autor aporta datos realmente valiosos sobre la forma de impartir los Ejercicios Espirituales de san Ignacio, la forma de presentar la devoción al Corazón de Jesús, la actividad de algunas asociaciones femeninas o de las Congregaciones Marianas. Cuando de algunas de éstas existen más datos en los archivos es más completa la descripción de sus actividades. Una mirada sobre el conjunto de esta acción pastoral hace ver que la labor de la Compañía de
Jesús y de la Iglesia española fue variada, multiforme y nada limitada a un espiritualismo descomprometido.
Juicio equilibrado
El juicio es siempre equilibrado: aunque mira con cariño la actividad jesuítica, no cae en panegíricos, no oculta los defectos, personales y comunitarios, ni los fracasos, y escucha también voces críticas.
Por último, facilita la comprensión del lector que se acerca a la obra, periodizando y distinguiendo entre las diversas épocas de una misma actividad. Por ejemplo, en la exposición de cómo evolucionó la forma de dar Ejercicios o cómo se fueron implicando los jesuitas españoles en diversas formas de acción social.
En este campo subraya, además, aunque lo repite en otras ocasiones, la conexión de lo que hacían los jesuitas con la actividad de la Iglesia española y universal y con las necesidades españolas.
Los tomos ya publicados constituyen una historia completa de la contribución de la Compañía de Jesús al progreso espiritual de España. Se insertan en una larga tradición: la historia de la Compañía española la comenzó el P. Antonio Astrain, la continuó el P. Lesmes Frías y la culmina por ahora con mucha altura el P. Manuel Revuelta. Es un espléndido servicio, muy de agradecer.
En el nº 2.647 de Vida Nueva.