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La Iglesia que buscó la concordia (1931-1936)


Esta obra de Víctor Manuel Arbeloa (Ediciones Encuentro, 2008) es recensionada por Rafael Mª Sanz de Diego

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La Iglesia que buscó la concordia (1931-1936)

Autor: Víctor Manuel Arbeloa

Edita: Ediciones Encuentro

Ciudad: Madrid

Páginas: 392

 

(Rafael Mª Sanz de Diego, SJ) Desde el título aparece ya que la tesis del libro se separa de una historiografía que, sin ser mayoritaria, tiene el máximo eco. No es una tesis personal, sino la conclusión de la amplia información manejada. El nombre de Arbeloa está asociado, con Miguel Batllori, SJ, a la edición del Arxiu Vidal i Barraquer. Esta aportación fundamental ha sido poco utilizada por su extensión, su aridez, el estar escrita en catalán y castellano y la modestia de la editorial. El libro actual quiere llevar al gran público lo mejor del archivo de Vidal y Barraquer, “el de mente clara y animoso corazón”, como repite varias veces, quien, tras la ausencia forzada del cardenal Segura, dirigió esos años la Iglesia española.

A lo largo de sus doce capítulos pasan ante el lector muchos protagonistas del período: eclesiásticos, políticos de muchos colores, militares, diplomáticos… Antes de publicar este libro, aparecieron dos obras de Vicente Cárcel Ortí, presentadas ya en estas páginas, que aportan un complemento inestimable, con documentos de Pacelli, secretario de Estado, y de los monseñores Pizzardo y Tedeschini, entre otros.

Paso a paso se recogen los hitos de la difícil relación Iglesia-Estado en estos años: la quema de conventos, la elaboración de la Constitución, atendiendo sobre todo al artículo 24, la disolución de la Compañía de Jesús, las leyes de cementerios y divorcio, el cerco económico, la lucha por la enseñanza, la organización de los seglares católicos. Se presta especial atención a la Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas y a los meses iniciales del Frente Popular.

En un apéndice breve y compendioso se hace un resumen objetivo de lo que fue la II República en su trato con la Iglesia. En 23 páginas, con claridad y equilibrio, se resume esta historia, en la que la Iglesia española, siguiendo pautas de Roma, no sólo desechó sugerencias rupturistas, sino que con inmensa paciencia buscó la concordia.

La tesis contraria, una Iglesia montaraz y luchadora frente a una república democrática, se seguirá extendiendo porque hay interesados en mantenerla. Pero el análisis de los documentos la desmantela. El esfuerzo de Arbeloa y su fidelidad a las fuentes, que conoce bien, se acompañan de un estilo agudo y ameno, lleno de expresiones curiosas que obligan a consultar el diccionario. Queda en pie su deseo de un estudio serio e interdisciplinar de estos años. Va a adentrarse antes en el anticlericalismo español. Pero ha hecho ya una aportación espléndida.

En el nº 2.656 de Vida Nueva.

Actualizado
17/04/2009 | 11:02
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