Tras permanecer olvidados casi cuarenta años, los diarios de Etty Hillesum salieron a la luz en 1981, mostrando una evolución espiritual muy singular. En la dramática ocupación de los Países Bajos por la Alemania nazi, Etty optó por la no violencia, por permanecer con los suyos en las duras circunstancias de los campos de concentración y por testimoniar con hechos y palabras la verdad desde la que vivía: “la vida es bella a pesar de todo”.