Una novela de G. K. Chesterton (El acantilado, 2008). La recensión es de Juan Carlos Rodríguez.
Los relatos del Padre Brown
Autor: G. K. Chesterton
Editorial: El Acantilado
Ciudad: Barcelona
Páginas: 1.176
(Juan Carlos Rodríguez) Es curioso cómo la industria editorial se ha lanzado a reeditar a Chesterton. En cuestión de dos años, toda su obra (y eso que es extensa) ha sido reeditada por las más variopintas editoriales, encontrando, a su vez, los más variopintos lectores. La última es esta colección de Los relatos del Padre Brown, recopilación de la que es quizá la obra más querida y personal de Chesterton. La saga de este entrañable y en apariencia despistado sacerdote, con “su extraña mezcla de la llaneza de Essex y una simplicidad de santo”, pero que logra adentrarse en la verdad con un ingenio desbordante, fue publicada entre 1919 y 1935. Cierto que durante los 25 años en los que Chesterton fue recurriendo al Padre Brown -cinco libros y algún cuento suelto publicado en diarios y revistas, ahora unidos por El Acantilado-, la calidad no fue del todo uniforme, pero, en conjunto, componen una pieza admirable, un libro aún hoy lleno de vitalidad, ingenio, juego de apariencias y batalla entre el bien y el mal, germen conspicuo de la novela policíaca. Sin embargo, lo que acaba seduciendo es más sencillo: el prodigioso conocimiento del fondo del corazón humano que hay en estos relatos, préstamo de Chesterton al Padre Brown. Una obra, presentada en una edición, además, tan cuidadosa y generosa, que es aún más imprescindible.
En el nº 2.642 de Vida Nueva.