Un libro de Amedeo Cencini (San Pablo, 2012). La recensión es de Alfonso Crespo
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Sacerdote y mundo de hoy. Del post-cristiano al pre-cristiano
Autor: Amedeo Cencini
Editorial: San Pablo, 2012
Ciudad: Madrid
Páginas: 104
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ALFONSO CRESPO | Amedeo Cencini –sacerdote, licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad Salesiana y doctor en Psicología por la Universidad Gregoriana, posteriormente especializado en Psicoterapia y, desde mayo de 1995, consultor de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica– nos presenta un libro con un título incluyente: Sacerdote y mundo de hoy.
Quiere el prolífico autor italiano evitar una disertación neutra sobre el sacerdocio. Se trata del sacerdote que vive en el “aquí y ahora”. Pero conviene resaltar también el subtítulo de la obra, que nos da la clave de la propuesta de Cencini: Del post-cristianismo al pre-cristianismo.
El conocido religioso de los Hijos de la Caridad reflexiona: “¿Estamos en una época post-cristiana o pre-cristiana? Una forma obvia y repetitiva de juzgar esta cultura es la que le atribuye la característica de ser una cultura pot-cristiana”. Pero él se pregunta a continuación: ¿estamos completamente seguros de que las cosas son así, exclusivamente así? ¿No hay más remedio?
Cabe otra visión: “Mi pro-puesta es la de poner en duda esta interpretación o la pretensión de hacer de ella una verdad absoluta como un dogma, y de pensar que, en cambio, pudiéramos encontrarnos hoy en una sociedad pre-cristiana, sobre todo en los países de antigua cristiandad como el nuestro”.
En efecto, hay nuevas señales que nos autorizan a pensar que nos encontramos inmersos en una cultura pre-cristiana: símbolos de esperanza y de espera, de apertura a un porvenir inédito y de una posibilidad de cambio del presente, de fidelidad a los valores antiguos y nuevas formas de expresarlos o, cuanto menos, una nostalgia de ellos, una sensibilidad particular y nueva al mensaje cristiano.
Necesidad imperiosa
En otras palabras: la sociedad post-cristiana puede estar agotándose y alumbrando, aunque no lo sabe, un deseo de buena nueva, todavía sin descifrar, pero de la que se tiene una necesidad imperiosa, precisamente porque es buena, bella y verdadera.
Mirado el mundo con estos nuevos ojos, nos apunta el propio Cencini “que este cambio de perspectiva recaería notablemente sobre el sacerdote, sobre su modo de entender la relación con el mundo e incluso su propia identidad y verdad, hasta su espiritualidad y su relación con Dios, pero también su sentido de pertenencia a un presbiterio y la capacidad personal de relacionarse, su misión y la formación continua en ella y a través de ella”. A una reflexión en torno a estos puntos dedica el autor gran parte de las poco más de cien páginas de este libro.
‘Estado de ánimo’
La situación del clero hoy en día tiene más que ver con un “un estado de ánimo” que con una crisis de profundas raíces ideológicas. En el año 2008, el papa Benedicto XVI, durante el vuelo que le llevaba a los Estados Unidos, respondía a la pregunta de un periodista que le requería un diagnóstico sobre la negativa situación actual del mundo y de la Iglesia: “Los campos ya están dorados para la siega –reflexionaba el Pontífice–; Dios continúa ha-ciendo crecer la mies. Podemos y debemos creer, junto con el difunto Juan Pablo II, que Dios está preparando una nueva primavera para la cristiandad”.
Sería realmente interesante poder saber cuántos sacerdotes se toman en serio estas palabras o si, en lugar de recoger los primeros brotes de esta primavera, todavía están armados para combatir contra el frío de un invierno infinito para la cristiandad.
En el nº 2.811 de Vida Nueva.