EL LIBRO DEL MES: 'Francisco el loco de Asís', sueños de Evangelio

La hermana franciscana Joan Mueller revive la vida de san Francisco de Asís en esta novela histórica editada por Ciudad Nueva.

FERNANDO CORDERO (SS.CC.) | Joan Mueller es una religiosa y erudita franciscana, especialista en santa Clara de Asís. Autora de dieciséis libros y numerosos artículos, su obra sobre Francisco de Asís ha sido traducida en el arco de cuatro años a varias lenguas. Al desarrollar un género creativo como la novela histórica, la autora hace especial hincapié en la lucha franciscana por la paz.

Quien haya visitado Asís, recreará la ciudad y los lugares de Francisco, con estas hermosas páginas que integran al lector en el paisaje geográfico y espiritual de la gesta de uno de los santos más relevantes de la historia de la Iglesia. Relevante por sus opciones, por su pequeñez y por abrazar los sueños de vida pobre a los que invita el Evangelio. Quien no haya estado en esta ciudad de trazo medieval, se la imaginará con facilidad por la narración amena y el engarce en lo cotidiano de una población marcada por la violencia, la anarquía y la ambición en un siglo XIII que hace guiños a los desafíos del XXI.

Joan Mueller.

Con una sólida documentación, la hermana Joan nos introduce en el entorno vital de Francisco, marcado por las relaciones de contraste con las aspiraciones de su padre, el rico comerciante Pedro Bernardone y con su madre, doña Pica, una mujer de sensibilidad religiosa profunda. A ambos los podemos encontrar en la actualidad en una escultura próxima a la casa familiar. Nuestra novelista los esculpe yendo a lo hondo de sus opciones e intereses, tan distintos y distantes –en el caso del ambicioso progenitor– a Francisco, con fama de loco, generoso y soñador.

Francisco ha experimentado la suavidad de las sedas en el comercio paterno, las fiestas y diversiones interminables y, al mismo tiempo, percibe la escasez de los mendigos y la crueldad de una guerra sangrienta en la que se ve inmerso para no defraudar las pretensiones paternas y el engrandecimiento de su apellido. Ahí comienza a dejar que Dios le hable, que le proponga sus planes (“¿qué quieres que haga?”), a través de la naturaleza, el silencio, la oración, el acompañamiento espiritual, la penitencia y la peregrinación. Se genera en el joven una transformación, que le lleva incluso al contacto con los enfermos de lepra y a su cambio de estilo de vida.

Siente la llamada a identificarse con Cristo pobre en los pobres, la misión de reparar la iglesia de San Damián, símbolo de la Iglesia pobre y para los pobres, sueño también del papa Francisco. Así Francisco Bernardone cambia su apellido por una vocación universal y fraterna. Y en esta transformación, también los lectores nos vemos emplazados a dejarnos afectar por el Evangelio diariamente.

Basílica de San Francisco de Asís

A pesar de las dificultades, Francisco, con su gran sentido eclesial, logra hacer realidad su sueño de fraternidad y pobreza, no exento de duras dificultades. Un sueño que no es otro que el de anunciar y vivir la Buena Noticia. En él muchos reconocen que:

Tiene un verdadero don para hacer que el Evangelio llegue a la vida. (p. 217)

La historia de Clara y de Inés de Asís, los primeros conflictos en la comunidad, los mártires por Cristo, sus diálogos con el hermano Conejo o ya moribundo con el hermano Ratón, nos zambullen en una personalidad apasionante. Su relación de intimidad y encuentro con Dios son magníficamente dibujados en su trato con el hermano León.

Ayer y hoy, ¡qué difícil es vivir pobremente el Evangelio! En esta novela se nos emplaza nuevamente a hacer nuestra la utopía franciscana. La hermana Mueller nos adentra, además, en el movimiento franciscano primitivo como “un movimiento de personas, tanto hombres como mujeres, tanto religiosos con votos como laicos”. Todos podemos vivir el espíritu de Francisco, es decir, el espíritu de las bienaventuranzas. Es nuestro turno.