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Teología de la contemplación


Este libro de Fernando Urbina (Editorial de Espiritualidad, 2009) es recensionado por Juan Martín Velasco.

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Teología de la contemplación

Autor: Fernando Urbina

Editorial de Espiritualidad

Ciudad: Madrid

Páginas: 240


(Juan Martín Velasco) Diecisiete años después de la muerte de Fernando Urbina (marzo de 1992), el P. Emilio Martínez, OCD, ha tenido el acierto de rescatar este manuscrito suyo, fruto de un curso impartido en Murcia sobre Teología de la contemplación.

Para los muchos posibles lectores que tal vez desconocen la figura eminente del autor de este libro, recordaré aquí que Fernando Urbina es bien conocido por los estudiosos de la obra de san Juan de la Cruz por dos monografías espléndidas: La persona humana según San Juan de la Cruz, Instituto Social León XIII (Madrid, 1956), y el breve pero enjundioso Comentario a ‘La noche oscura del espíritu’ y ‘Subida al Monte Carmelo’ de San Juan de la Cruz, Marova (Madrid, 1982), títulos imprescindibles en cualquier bibliografía esencial del místico abulense.

Con ocasión de su muerte, Luis Briones recogió en dos volúmenes aparecidos en Editorial Popular muchas de sus mejores aportaciones a los temas de Mundo moderno y fe cristiana. Meditación desde España (volumen I) y Pastoral y espiritualidad para el mundo moderno. En el espesor de lo real (volumen II). Para avanzar en el conocimiento y el aprecio por Fernando y su obra, son útiles, además, Luis Briones y José Luis Jiménez (eds.), Fernando Urbina, testigo de nuestro tiempo, testimonio y homenaje de un grupo de amigos y discípulos, en Pastoral misionera, nº 184, 1992; así como José María Avendaño Perea, Mística en el espesor de la vida: Fernando Urbina un místico de nuestros días, PPC (Madrid, 2007), quien prologa, además, la obra que aquí nos ocupa.

Visión mística del mundo

Éste es el autor de la Teología de la contemplación que me honro en presentar. En ella se refleja la visión del mundo, la comprensión de la vida cristiana y la propia experiencia mística de quien fue maestro espiritual de varias generaciones de seminaristas y sacerdotes en el Seminario de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA); teólogo que acompañó con su reflexión y su testimonio los movimientos obreros cristianos; profesor de Teología espiritual y pastoral en el Seminario de Madrid, el Instituto Superior de Pastoral y la Facultad de Teología de Granada; y animador de muy numerosos grupos de sacerdotes en España y en América Latina, desde los años
anteriores al Concilio, durante el período de su azarosa recepción en España, y hasta los años de involución eclesiástica que parece haberse propuesto hacernos olvidar sus principios renovadores.

El libro constituye un tratado resumido de Teología de la contemplación. Fiel a su método inductivo de hacer teología, Urbina comienza refiriéndose al problema de la contemplación en el hoy desde el que escribe; sitúa el hecho de la contemplación en el marco de la fenomenología de la religión; describe el camino a seguir para llegar a la contemplación, con referencia concreta a los medios que hay que utilizar, las actitudes que se han de adoptar y los obstáculos que ha de superar el sujeto de la contemplación; para, en los capítulos centrales, abordar la historia de la tradición contemplativa cristiana; poner de manifiesto los orígenes bíblicos y evangélicos de nuestra tradición; y terminar insistiendo en el fin y el contenido de la contemplación: el misterio de Dios revelado en Jesucristo.

El libro recoge las exposiciones orales del maestro. De ahí, la viveza de sus páginas y la transparencia en ellas de la extraordinaria persona que era su autor. De ahí, también, las expresiones coloquiales que chocan a veces en letra impresa, algunas referencias circunstanciales relativas al momento en el que escribe, y alguna que otra repetición.

Termino expresando mi firme convicción de que este libro puede ayudar mucho a quienes en nuestros días siguen escuchando: “El Señor está ahí y te llama” –sobre todo quienes sitúan ese ahí en la acción, el trabajo y el discurrir de la vida cotidiana– y deciden emprender el camino que conduce al encuentro con Él.

En el nº 2.685 de Vida Nueva.

Actualizado
27/11/2009 | 08:33
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