Seglares al frente. Los 41 desafíos de la I Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe están relacionados con el papel protagónico de los laicos y laicas en la vida de la Iglesia. Sin embargo, dos de ellos entroncan directamente con su ser y hacer. Así, los asambleístas plantearon como un reto “promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, política, social y eclesial”.
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Y, especialmente, de las mujeres, pues es necesario “promover su participación activa en los ministerios y en los espacios de discernimiento y decisión eclesial”. Y es que, ellos y ellas –caminando junto a los pastores, sacerdotes, diáconos y consagrados y consagradas–, renuevan la Iglesia.
Por eso, Misión CELAM ha querido tomar el pulso a ocho profesionales que transparentan el Evangelio en su misión diaria, ya sea cantando, ayudando a los más necesitados, ejerciendo la caridad política o acompañando realidades eclesiales. De hecho, como Iglesia no podemos perdernos la riqueza de su visión por su singular experiencia humana y profesional.
El anuncio de la Buena Noticia
Desde que comenzara el proceso de renovación y restructuración del Celam con la Conferencia de Honduras en 2019, los laicos se han insertado en todas nuestras áreas. Así, los cuatro responsables de nuestros centros son laicos. Una decisión que vemos ahora respaldada por la constitución apostólica Praedicate Evangelium, en la que el Papa establece que “cualquier fiel puede presidir un dicasterio o un organismo teniendo en cuenta su particular competencia, potestad de gobierno y función de estos últimos”.
En realidad, la reforma de Francisco reconoce el papel decisivo en la misión de la Iglesia de todos los bautizados, porque todos y cada uno somos Pueblo de Dios. Por eso, se hace necesario reconocer institucionalmente la entrega de tantos hombres y, especialmente, mujeres en el anuncio de la Buena Noticia.