“Los mismos jóvenes son agentes de la pastoral juvenil, acompañados y guiados, pero libres para encontrar caminos siempre nuevos con creatividad y audacia” (Christus vivit, 203). Los jóvenes son actores principales en la Iglesia. Ellos son protagonistas, por lo que no tiene sentido una pastoral juvenil diseñada por adultos sin ellos.
- Descargar Misión CELAM completo (PDF)
- PODCAST: Francisco en Kazajistán, un grito por la paz
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Para que la Iglesia deje de ser una institución adulto-céntrica, la pastoral juvenil en América Latina y el Caribe, como ya hace en muchas presencias, tiene que pasar de una pastoral para ellos a una pastoral con ellos. Y no solo ya para acompañarles en su camino espiritual, sino para atraer a aquellos alejados, puesto que los jóvenes son quienes, a través de su testimonio, pueden conectar con sus iguales.
La brecha entre los jóvenes de 15 a 29 años y la Iglesia en el continente se evidencia en la misma participación en la eucaristía dominical. De hecho, según el reciente informe Jóvenes en Iberoamérica 2021 –realizado por el Observatorio de la Juventud en Iberoamérica promovido por la Fundación SM–, la religión ocupa el último lugar entre las 17 prioridades de los jóvenes.
Sigamos caminando
En este caminar junto a los jóvenes de hoy, como Iglesia, nos seguimos sintiendo llamados a profundizar en cómo acompañarles en el gozo del seguimiento de Jesús para que puedan llegar a concretar la llamada universal a la santidad que todos compartimos. Queremos ser cauce de esa Iglesia que escucha, una Iglesia que quiere hacer vida con ellos. También queremos descubrir junto a ellos el misterio de la vocación desde un acompañamiento sin direcciones, porque acompañar caminos requiere entregar a los jóvenes el don del discernimiento para que puedan ir tejiendo su propia vida. Sigamos caminando.