Obispos al cierre de su 117.ª asamblea: “Los colombianos no podemos acostumbrarnos a la violencia”

También han renovado su tren directivo eligiendo a Francisco Múnera, arzobispo de Cartagena, como presidente

Obispos colombaianos en su 117.ª asamblea

Los obispos de Colombia han culminado su 117.ª asamblea plenaria con nuevo tren directivo, encabezado por Francisco Múnera, arzobispo de Cartagena, como presidente.

Asimismo han suscrito un mensaje en el que han insistido en la “unidad y la paz” toda vez que Colombia se sume en un fuerte clima de polarización.

Es así como han pedido a los colombianos no naturalizar los antivalores que atentan contra la estabilidad del país, el bien común y la familia.

Superar la violencia

“Los colombianos no podemos acostumbrarnos a las variadas formas de violencia que siguen marcando nuestro presente y generan un sentimiento creciente de inseguridad en
la población”, apuntaron.

Todo ello en referencia al conflicto en el suroccidente de Colombia y en otras regiones, donde males como el narcotráfico, corrupción, olvido gubernamental siguen imperando.

El grito de los pobres (y de la tierra) demandan de las autoridades más acciones contundentes, aquí cabe “el respeto de “la infinita dignidad de cada persona” y, por supuesto, “en proteger las instituciones legalmente constituidas que son la base de nuestra democracia”.

También han hecho un llamado a respetar “nuestra casa común, tan rica de bienes materiales, ambientales, culturales y saberes ancestrales”.

Autoridades del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) acompañaron el día de la apertura

Diálogo y unidad

Los prelados han advertido de la creciente polarización política e ideológica, que “impide al país avanzar y lo hunde en la incertidumbre”.

Recordaron que “estamos en una sociedad pluralista”, por ende, las posiciones extremas “en nada ayudan a la consecución de la paz”, que es el gran objetivo de los colombianos.

Frente a esta tentación, el antídoto es “la humildad, la diversidad de pensamientos y visiones, y la rica posibilidad que ofrece el diálogo sincero y profundo”.

“A pesar de las diferencias es posible estrechar lazos de amistad social, generar una auténtica cultura del encuentro, mirar más allá de intereses particulares o grupales y entrever el mayor bien para todos”, añadieron.

Niñez y juventud

Los obispos colombianos llamaron a superar la lógica del individualismo, que “sólo produce inequidad y exclusión, y dificulta el trabajo por una Colombia unida y en paz”.

Al respecto, han propuesto “escuchar a todos y dialogar con franqueza” y se han comprometido “la búsqueda de caminos de crecimiento para nuestra nación”.

También han señalado que niños y jóvenes “están expuestos a muchos peligros y corren el riesgo de crecer sin orientación moral, tristes y sin esperanza”, por ende, es imperativo “apoyar a las familias en su crecimiento espiritual, emocional y social”.

 

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