Pironio, un beato para “todos, todos, todos”

  • Tras aprobar el Papa el milagro cuya intercesión se le atribuye, el cardenal argentino será elevado a los altares
  • A falta de que se anuncie la fecha, se da por hecho que la ceremonia tendrá lugar en Buenos Aires

Pironio, un beato para “todos, todos, todos”

Tras un proceso que ha avanzado a velocidad de crucero en los últimos años, para satisfacción de un Jorge Mario Bergoglio que siente en él a un pilar fundamental para una Iglesia abierta con toda el alma a “todos, todos, todos”, el cardenal argentino Eduardo Pironio subirá al fin a los altares. Así lo ha confirmado la Santa Sede, que ha anunciado este 8 de noviembre que el Papa se ha reunido con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y ha aprobado el milagro cuya intercesión se le atribuye. Por tanto, se confirma que será beatificado en una ceremonia que, en teoría y a falta de anunciarse la fecha, tendrá lugar en Buenos Aires.



‘Profeta de la alegría y la esperanza’, así es como, cogiendo prestada otra referencia sobre él del cardenal Carlo Martini, lo definió en las páginas de ‘Vida Nueva’ Aquilino Bocos, quien dedicó dos ‘Pliegos’ (nº 3.203 y 3.204), en diciembre de 2020, a versar una figura eclesial de la que entonces se cumplía el centenario de su nacimiento. Y es que, como destacaba el purpurado claretiano español, Pironio (1920-1928) fue “un pastor sin fronteras” que, “en todos y cada uno de los ministerios que desempeñó a lo largo de su vida, dejó la impronta de su pasión por construir la Iglesia, animando a los miembros del Pueblo de Dios a vivir el Evangelio desde el testimonio de fe y solidaridad con los más pobres”.

Encarnó el Concilio Vaticano II

En el fondo, siempre fue un pastor que encarnó el espíritu y las grandes reformas del Concilio Vaticano II, en cuyas sesiones estuvo como observador, perito y, finalmente, padre conciliar. Todo eso lo transmitió en la Iglesia argentina, de la que era hijo, pues había nacido en la ciudad bonaerense de Nueve de Julio. Sacerdote diocesano, fue rector del seminario y decano de la Facultad de Teología de Buenos Aires.

Su siguiente reto sería el episcopado, siendo obispo de La Plata y de Mar del Plata. Más tarde, su servicio adquiriría una dimensión continental, convirtiéndose en secretario general y, después, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), reconociendo todos los presentes su impronta en la II Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín.

Con Pablo VI y Juan Pablo II

La siguiente parada le situó, en 1975, en el Vaticano, donde Pablo VI le designó prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. Convertido al año siguiente en cardenal, Montini, que le tenía como confesor personal, siempre le consideró uno de sus principales colaboradores. Lo mismo que Juan Pablo II, que en 1984 le nombró presidente del Pontificio Consejo para los Laicos. Desde esa rica experiencia como conocedor directo de la vida religiosa y ahora de los seglares (sin olvidar su etapa como formador de sacerdotes cuando fue rector de seminario), aquí Pironio impulsó un hito histórico al crear las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), albergando su Buenos Aires, en 1987, la primera edición.

Ahora, la capital argentina se volverá a poner de largo para celebrar la memoria de uno de sus hijos predilectos. Y uno de los más universales, con permiso de un Francisco que se calzó las sandalias del pescador siendo arzobispo de Buenos Aires y que siguió la estela de Benedicto XVI, con el que, en 2006, Pironio fue declarado siervo de Dios. Ahora, Bergoglio será un testigo feliz cuando se celebre el reconocimiento de la santidad de uno de sus grandes espejos vitales y espirituales.

Esperan “pronto” al Papa

Estos mismos días, los obispos argentinos, reunidos en la localidad de Pilar para su Asamblea Plenaria de otoño, han remitido al “querido papa Francisco” un mensaje breve, pero interpelante: “Queremos expresarte nuestro deseo de que nos visites pronto. Así nos unimos al sentir de nuestro pueblo, que desea encontrarse con su Pastor. A todos nos hará mucho bien tu cercanía y bendición en estos tiempos difíciles. Confiando en la posibilidad de que consideres concretar esta visita al país, te encomendamos a Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina”.

A pocos días de las presidenciales que enfrentan al peronista Massa y al populista libertario Milei (que ha dedicado graves exabruptos contra Bergoglio), los obispos esperan que se confirme ya la esperada visita del Papa, teóricamente prevista para 2024. ¿Coincidiendo con la beatificación de Pironio?

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