(Jesús Espeja– dominico) A mis hermanos. Así titulaba Y. Congar unas meditaciones sobre el ministerio, a mediados del siglo pasado, cuando ya los presbíteros se preguntaban por su identidad en un rápido cambio de cultura. Hoy este cambio es más notorio y desestabilizador. No sólo la sociedad está en mutación compleja y confusa. En el dinamismo social, la misma Iglesia, desde el Vaticano II, viene procesando estos cambios no sin tensiones que afectan a la comprensión y ejercicio de los ministerios ordenados. Este ‘Año Sacerdotal’ puede ser buena oportunidad para una reflexión necesaria.
Pliego íntegro, en el nº 2.685 de Vida Nueva (del 28 de noviembre al 4 de diciembre de 2009).